Nuevas diversidades frente a viejos arrepentimientos: Expo ARU 2018
Dentro del marco de la exposición anual del Área de Reflexión Universitaria (ARU) que forma parte del Departamento de Formación Integral de la Ibero; se llevó a cabo la novena edición de la Expo ARU 2018 con el lema “Los universitarios ante los desafíos de la justicia”, una serie de mesas de discusión y exploración para la comunidad universitaria en torno a temas que iban desde la pobreza y el medio ambiente, hasta temas relacionados con la violencia de género, filosofía y nuevas familias.
Vale la pena mencionar que ARU tiene por objetivo contribuir a la formación integral y humanista de hombres y mujeres para que el estudiantado desarrolle una actividad profesional consciente, coherente, responsable y autocrítica a más de que les permita descubrir el valor de la totalidad de su ser, su ubicación en el contexto cultural y su significación política y social.
En esta ocasión tuve la fortuna de participar en la realización de la mesa titulada “Nuevas diversidades frente a viejos desafíos”. En el panel, nos acompañaron reconocidos investigadores, intelectuales, artistas, académicos y activistas: el Dr. Héctor Miguel Salinas Hernández, de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, la Dra. Alicia Elena Perez-Duarte y Noroña, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, y Aleks Phoenix de la FES- Acatlán-UNAM, diseñador y autor de Ibero 90.9, proyecto radiofónico de la Universidad Iberoamericana.
El objetivo de la mesa fue retomar la preocupación que hoy ocupa a nuestro rector, el Mtro. David Fernández Dávalos, quien en días pasados se pronunció por la cero tolerancia a la violencia en nuestra noble institución.
En columnas anteriores abordé el tema de la violencia de género en las instituciones de educación superior tanto públicas como privadas; sobre la creación del Programa de Asuntos de Género (2015) y la adhesión de la IBERO a la campaña He for She, lanzada por la Organización de las Naciones Unidas en el mismo año, con el propósito de “sumar acciones individuales y colectivas para alcanzar la igualdad de género, así como eliminar cualquier forma de discriminación contra las mujeres y las niñas”. Finalmente, a los esfuerzos se sumó la creación del Doctorado en Estudios Críticos de Género que arrancó su primera generación con el re-lanzamiento del Protocolo para Prevención de Violencia de Género.
Del mismo modo, al Área de Reflexión Universitaria y su planta docente nos ocupa y preocupa los niveles de violencia que se viven en nuestra comunidad. Es decir, el ejercicio de diferentes tipos de violencias, desde las más veladas y sutiles hasta las más explícitas y graves. Sobre todo, la violencia en el noviazgo, la discriminación por orientación y/o identidad sexo-genérica, acoso u hostigamientos sexuales de parte de profesores en contra del estudiantado y muchos actos más que han sido normalizados en la cotidianidad universitaria.
Por todo lo anterior, Expo ARU fue el escenario perfecto para salir del salón de clases y compartir con la comunidad universitaria saberes, conocimientos y experiencias; para que los expertos nos hablaran y orientaran sobre tema dolorosos y terribles que abordan la violencia de género y sus diferentes facetas.
El primer turno fue para Héctor Salinas, quien realiza investigación y docencia en temas relacionados con la disidencia sexual, género de los hombres, así como masculinidades e “identidades gay”. La participación de Héctor Salinas sorprendió a los jóvenes estudiantes y académicos que abarrotaron el Auditorio José Sánchez Villaseñor al aseverar que la violencia no solo se ejerce de parte de los hombres hacia las mujeres, si no de los mismos hombres en contra de otros hombres, en especial, hacia aquellos que no “entran” en la heteronorma. Dicha violencia, que suele comenzar con insultos homofóbicos y discriminación, suele terminar en violaciones sexuales, que se traduce en la máxima degradación de un hombre hacia otro y como acto de poder y sometimiento.
Esto es claramente discernible, por ejemplo, en el ámbito laboral, donde el subordinado es “feminizado” por el patrón o jefe, ya que el empleado tiene que cumplir las órdenes que se le dan, como quedarse horas extras, hacer labores fuera del trabajo, ser requerido chofer, gestor e incluso, actos de acoso y hostigamiento. En ocasiones, el subalterno “debe” acompañar a su jefe o patrón a sus juergas, si no, éste será difamado o aislado del resto de los compañeros de trabajo.
Una muestra más de violencia de género entre hombres es la intrafamiliar, en la que los mismos parientes de un hombre repudian a otro miembro de la familia —generalmente, menores de edad— por ser homosexual. En señal de corrección o castigo por su preferencia/identidad, es violado. También ocurre así en la relaciones de pareja del mismo sexo, donde alguno de los dos asume el estereotipo o rol de género femenino, esto es, el reparto inequitativo de responsabilidades en el cuidado de los hijos y las labores del hogar, lo que resulta en relaciones abusivas de poder, violencia psicológica, física y otros tipos de control.
Después de la participación de Héctor Salinas, tocó el turno al joven y talentoso Mauricio Alejandro Correa Olvera, quien a los 16 años comenzó a firmar sus poemas y escritos con el seudónimo Aleks Phoenix, alias que lo vincula con su musa, Sor Juana Inés de la Cruz, Fénix de las Américas. El público asistente se quedó petrificado al escuchar a un hombre de 28 años hablar sobre maternidad, en especial, acerca de las madres que se arrepienten de serlo.
Tras una anécdota personal de un encuentro suyo con una madre desconectada de su bebé, pronunció: “‘Odio ser mamá’ debe ser una de las oraciones más difíciles de pronunciar para una mujer que ya lo es y que se ha dado cuenta, en pleno ejercicio de su nuevo rol, que no es lo que desea para su vida. Su presente y, por ende, su futuro, han cambiado para siempre y no necesariamente en la dirección que esperaba”. Así, Aleks inició contundente su intervención, con ayuda de diapositivas que enmarcaban, sobre un fondo amarillo intenso, la polémica frase. Los murmullos en la audiencia no se hicieron esperar.
Aleks Phoenix prosiguió su charla con ejemplos de filósofas, sociólogas y periodistas que han abordado el controversial tema de la maternidad arrepentida, al que Aleks se refirió como “un tabú en la sociedad moderna”. Orna Donath, Corinne Maier, Isabella Dutton fueron algunos ejemplos de las mujeres que han puesto el dedo en la llaga de la falsedad detrás del forzoso disfrute del rol materno. El joven autor también abordó su conversación con la psicoterapeuta mexicana con enfoque de género, Alejandra Buggs y diseccionó algunos retratos cinematográficos y mediáticos de la mujer como madre.
El cierre magistral de la mesa estuvo a cargo de la catedrática Dra. Alicia Elena Pérez Duarte. Su decisión de exponer al final se debió al crisol de temas en torno a la violencia de género que se tratarían en las ponencias anteriores y que terminarían por amalgamarse y concretarse con su propia participación. Tanto el tema de Héctor Salinas como el de Aleks Phoenix podían resumirse a actos de “violencia machista”, ya que desde el patriarcado y las figuras de autoridad, se imponen ciertos arquetipos y mandatos que determina la liberad de las mujeres o, en su caso, el hostigamiento y represión de hombres a otra identidad sexo-genérica.
“Habrá que llegar a la esencia de la violencia machista, más allá de los conceptos básicos en torno a la violencia de género, estipulados y definidos en los protocolos”, me advirtió la experta durante nuestro trayecto a la “antípoda”, como nombró a la Universidad Iberoamericana. Y no lo hizo de manera peyorativa, pues me dijo: “la Ibero me trae recuerdos de mi juventud rebelde, pues mi padre quería que estudiara en una escuela de burgueses, pero yo siempre supe que la UNAM era y es mi alma mater por su compromiso social y sus luchas estudiantiles por el bienestar común”.
Pionera en los estudios jurídicos de género y derechos humanos en México, Pérez-Duarte y Noroña, cerró, poniendo en la mesa una serie de reflexiones. En primer lugar, aclaró que ella retoma el concepto de las feministas tanto académicas como activista de “violencia machista”: “No es violencia de género, si partimos de la idea de que el sistema patriarcal, milenariamente ha determinado e impuesto una serie de mandatos sociales normas, costumbres, tradiciones, leyes, entre otros mecanismos de poder y control, basados en la diferencia sexual, donde derivan los estereotipos de género, y en la que un sexo-género, considerado el “más fuerte”, impone, decide, ordena y hace uso sus libertades y privilegios como lo son la discriminación, el sometimiento y la subordinación en contra de los “más débiles”, es decir, la opresión de las mujeres, de las niñas y los niños.
Y justo en esa idea de poder y dominio, que se naturaliza la violencia machista, continuó la primera fiscal Especial para la Atención de los delitos relacionados con actos de violencia en contra de las mujeres de la Procuraduría General de la República PGR : “En esa carrera o competencia por someter al otro, es que se naturaliza la violencia entre los géneros, pues las condiciones están dadas; los débiles se convierten en víctimas propiciatorias por sus ‘características naturales’, a partir de su diferencia sexo-genérica”.
La también delegada para América Latina de la Organización Mundial contra la Tortura y Secretaria Técnica de la Comisión Especial del Senado sobre feminicidios, remató: “La sociedad en pleno considera la violencia machista como algo natural. El patriarcado, como un aparato ideológico cultural, ha naturalizado y ha socializado a las mujeres (de todas las edades) y a lo femenino, al servicio y cuidado de los hombres”. Por lo que las leyes, normas, valores y protocolos deben ser revisados desde la perspectiva de género, recomendó enfática. Y remató: “¿hasta hoy los protocolos se leen desde una mirada machista que naturaliza y biologiza; que no sanciona pero sí re-victimiza; que banaliza y hace chistes y frases que denigran, humillan, discriminan y matan a los sometidos a la ley patriarcal. En nuestro país 8 de cada diez mujeres son víctimas de las diferentes violencias sexuales a manos de sus familiares, parientes, novios o amigos varones; en México se cometen 8 feminicidios al día”.
Una mesa tan diversa y determinante, con temas de tal relevancia social y mediática, sirvió para mí —y para los estudiantes— como recordatorio de la importancia curricular y ‘formadora’ del Área de Reflexión Universitaria, y de la Expo ARU en sí misma como espacio necesario para la reflexión y el diálogo.
Así lo hizo nuestra mesa en Expo ARU y así confío que ocurra con los asistentes a las charlas. Si algo es cierto es que aquel 4 de septiembre en el Auditorio Sánchez Villaseñor, se rompieron tabúes, mitos y arquetipos y se despertaron conciencias a través del diálogo cercano e informado. Ya lo diría el Rector de la Ibero: “si no es en la universidad donde podemos hablar de estos temas, ¿entonces dónde?”