El sexenio de EPN será el más violento para periodistas, sobre todo mujeres: CIMAC
Ser desplazado es ser despojado de tu historia, tu trabajo, tu familia, tus amigos, los paisajes que amas. El patrimonio que formaste con esfuerzo diario. Se te arrebata la vida en vida. Cuando eres periodistas tu tarea no es simplemente inscribir palabras en papel o ruidos en la radio, es sobre todo, crear un espacio donde los asuntos públicos sean del dominio social para que cada uno, pueda tener una perspectiva del mundo y actúe conforme a ello.
Uno de los grandes hitos del periodismo, es la investigación. Poner los porqués, el cómo, cuándo, quién y sobre todo consecuencias de los sucesos. El trabajo es arduo entre fuentes de información, papeles, caminatas, entrevistas, escritura, edición y la violencia. Pues, ser periodista en México, sobre todo en temas de corrupción, procesos electorales y política en general, implica un peligro a la vida.
“Herencia de un sexenio: Simulación y desplazamiento. Violencia contra las mujeres periodistas 2012-2018” es un informe elaborado, firmado y presentado por Comunicación e Información de la Mujer A. C. (CIMAC), que en sus 35 años de existencia se ha convertido en una institución dedicada a hacer periodismo desde una perspectiva de género.
Dicho informe no presenta un panorama alentador, pues revela que el período presidencial de EPN creció un 222%, habiendo un total de 422 agresiones contra periodistas entre éstas 11 asesinatos.
Escucha aquí la entrevista con Lucía Lagunes, directora de CIMAC, en nuestro programa ReadyMade #ElArteNosEncuentra:
Uno de los elementos claves para entender este panorama es que los agresores no sólo son parte del crimen organizado sino que la presencia de victimarios políticos, sobre todo en los estados y los municipios, creció durante el sexenio de Peña Nieto. Por supuesto, los temas que más causaron amenazas, agresiones e incluso el asesinato de periodistas son los de investigación en corrupción, seguimiento de procesos electorales y política general. Es decir, muy lejos del espíritu democrático que presume el gobierno de este país, la crítica y denuncia son una causa para la represión hacia el ejercicio periodístico.
“Vivir el desplazamiento forzado me obligó a escuchar a través de mi cuerpo.
La cobertura de víctimas, de corrupción, del horror, nos aleja de nosotros mismos.
El desplazamiento me colocó frente a mí misma. Con pesadillas y en momentos con angustia mi cuerpo gritaba el daño que por años ignoré, como lo ignoraron
cientos de compañeros que se acostumbraron al horror.
Normalizamos que importan los otros, nosotros no”.
Patricia Mayorga, Premio Internacional a la Libertad de Prensa 2017
del Comité para la Protección de Periodistas (CPJ).
Desplazamiento una realidad silenciada
El desplazamiento forzado lleva a huir del lugar de residencia por motivos que ponen en riesgo tu seguridad y vida. El problema para identificar este fenómeno es que quiénes huyen deben hacerlo, evidentemente, en secreto y pocas veces cuentan con redes de apoyo que garanticen su seguridad y acompañamiento. Además, si se aceptase el fenómeno de desplazamiento forzado, obligaría al Estado mexicano a hacerse cargo de su responsabilidad como causante y/o cómplice por impunidad.
“El periodismo está amenazado de muerte”, fueron las palabras de Rosa María Rodríguez, quien tuvo que salir de Tamaulipas huyendo de las amenazas de muerte hacia ella y su familia. Ella recuerda las crisis nerviosas y la constante agonía de sentirse vigilada, las imágenes cruentas que le llegaban a sus redes sociales y número, las llamadas amenazantes y la forma en que tuvo que irse, sin poder planearlo, salió corriendo con sus dos hijos, uno de ellos aún con pijama. Sus hijos también sufren las secuelas del terror, deben estar en tratamientos para poder ir curando de a poco.
Dentro de la investigación de CIMAC, se dieron cuenta que hubo 7 desplazamientos forzados de periodistas y 1 exilio. Ningún pronunciamiento por parte del Estado mexicano y claro, ninguna solución, las víctimas siguen alejadas de sus hogares y en constante miedo de seguir siendo blanco de ataques.
La indiferencia institucional y la impunidad
Al ejercer tu oficio, y hacerlo con honestidad, ética y empeño eres blanco de violencia. Te ves obligada a salir huyendo de tu hogar, pero quieres arreglar las cosas, poder recuperar lo perdido y protegerte, vas a los mecanismos que deberían apoyarte y cuidarte. Entonces, te enfrentas a la burocracia que no te reconoce como víctima y peor aún, eres tú la investigada. Porque claro, siempre hay que encontrar un defecto en la víctima para hallar justificación y legitimación a la violencia.
Ésta ineficacia institucional provoca impunidad, es decir, que los crímenes no sólo no sean castigados sino que no se repare el daño a la víctima de forma integral. Cuando eres desplazada se rompe tu patrimonio, tus lazos sociales pero también tu equilibrio emocional, y nada de ello es atendido para obtener justicia.
El gran problema de la impunidad es que se convierte en una espiral que sólo provoca muchos más crímenes. Cinthya Valdez, trabajaba para RíoDoce recuerda la marcha que hicieron para exigir justicia por la muerte de Miroslva porque ése fue el último día que vio a Javier Valdez. “Nosotros (periodistas de Río Doce) nos sentíamos intranquilos, teníamos miedo. Javier nos dijo: ‘Váyanse’. A él lo mataron porque no se fue”.
Cuando Cinthya tuvo que irse, se encontró con la realidad de que no hay protocolos o medidas de seguridad que acompañen y protejan inmediatamente a los periodistas. Y que, la burocracia se come los procesos legales, por ejemplo, Rosa María Rodríguez, sigue esperando después de dos años el reconocimiento y seguimiento de su caso. Así los agentes del Estado no sólo se convirtieron en los agresores sino además en el cómplice de la impunidad; al no investigar, no proteger e incluso revíctimizar.
La cuestión de género
El hecho de incluir la perspectiva de género en el informe preparado por CIMAC, no es una cuestión ornamental, es una manera de poder explicar cómo el fenómeno de violencia contra periodistas afecta de manera diferenciada a las mujeres. Primero, porque las estrategias de violencia contras las mujeres son diferenciadas, por ejemplo, comúnmente se utiliza la difamación, donde las mujeres son objeto de ataques anclados en su vida personal y sexual, dado que aún se cree que los entes femeninos deben cumplir un puritanismo y una moral personal y sexual específica, por lo que se ataca la reputación de las periodistas de esa manera.
Por otro lado, cuando hay un desplazamiento, las repercusiones en la mujer no sólo es en el despojo de su vida, sino también en una recriminación por su rol de madre. Es decir, se culpa a la mujer de la situación porque sí sólo fungiera como madre o ama de casa no habría sido objeto de dicha violencia. En una lógica que persiste en la idea de que hay espacios y profesiones que solamente son para hombres.
Una pérdida para la sociedad
Cinthya Váldez, recuerda que mientras estaban amenazados fueron obligados a publicar un comunicado de uno de los grupos del crimen organizado, “se convirtieron en editores”. La sistemática violencia hacia el ejercicio periodístico provoca que haya una disminución en los temas de investigación, es decir, se detiene el análisis y la búsqueda de cómo funciona los entes del gobierno y el Estado. Esto es sumamente grave, porque ¿cómo se puede evitar y castigar la mala actuación del gobierno, si no podemos saberlo?
La pérdida del periodismo es también una perdida para la sociedad de conocerse a sí misma, de tener elementos de análisis y decisión política. “No se puede hacer periodismo fuera de tu país”, dice Adela Navarro, directora del Semanario Z que es un ejemplo de la cobertura de investigación en los temas de corrupción, narcotráfico, violencia, etc. Para la periodista no tiene sentido el ejercicio periodístico que no está cerca de la sociedad.
La periodista denuncia que el medio bajacaliforniano ha sido objeto de amenazas por parte del narcotráfico desde el 2008. Aunque de manera irónica comenta que este Diciembre cumplirán un año de no recibir amenazas del crimen organizado, pero sí presión y difamaciones por parte del gobierno de “Kiko” Vega, que por medio de su vocero de comunicación social, declaró que “sentía una actitud hostil” de parte de la redacción del semanario hacia el gobernador, por enunciar casos de corrupción.
Una forma de protección en contra de las amenazas por parte de Semanario Z es, hacerlas públicas, compartirlas con sus lectores y hacerse de una red de protección con instituciones como Art. 19 o la misma CIMAC. Por supuesto estos mecanismos aún son insuficientes para detener las agresiones.
El periodismo es el invento moderno de ser partícipes de la democracia no sólo con un voto, sino también con nuestro derecho a ser sujetos políticos que se manifiesten y sobre todo que decidan sobre las decisiones públicas. Para poder hacerlo debemos saber, lo que no es nombrado no existe, los periodistas enuncian para que todos los demás decidamos.
Nadie debería abandonar su vida de forma obligada. Mucho menos por cumplir con su trabajo de manera ética y profesional. Cuando un periodista deja de hacer su trabajo, se pierde la oportunidad de conocer y de tener elementos con los cuáles decidir. El desplazamiento más allá de un fenómeno estadístico es, el despojo de una vida.
Puedes consultar el informe completo aquí