Ser mujer ‘a la Chavela Vargas’
Ha pasado ya más de un año desde el estreno del documental de Chavela Vargas; un hipnotizante compendio de archivo visual y sonoro sobre la vida de la mujer que le dio un giro a la vivencia de la música ranchera. Después de tantos meses surge la pregunta: ¿por qué el documental no ha tenido tanto eco? El registro visual es bellísimo, pero fuera de ello ofrece una visión entre dolor y alegría, matizada, de la vida de Chavela Vargas del que todos deberíamos estar hablando. El ambiente misógino en el que vivió, así como las habladurías entorno a su orientación sexual son temas que todavía tienen un fuerte impacto en la sociedad mexicana.
¿Será que todavía hablamos a regañadientes de ella por ser una mujer lesbiana? ¿O evadimos el pensar que Chavela la vivió difícil por romper con los cánones de lo femenino? Ya lo decía Alicia Elena Pérez Duarte en entrevista con ibero 90.9: Chavela estaba orgullosa de ser mujer; siempre vivió el ser mujer muy a su manera y fue aquello lo que le trajo consecuencias en su carrera artística. La enaltecemos al momento de hablar de un género musical representativo del folclor mexicano, pero preferimos pasar de largo el rechazo que vivió - y sigue viviendo - por ubicarse en la diferencia.
Chavela Vargas siempre fue fiel a ella misma; se abrió camino en un país de machos, en un mundo donde los pantalones sólo los visten los hombres. No le resultó fácil, pero su carácter y su personalidad imponente le ayudó a ser “uno de ellos”, sin dejar de ser ella; sin dejar de hacerlo sólo como Chavela Vargas lo haría.
Es necesario comenzar a hablar de nuestro rechazo a la mujer lesbiana; a la mujer que, como Chavela Vargas, no utiliza vestido, tacones ni maquillaje. La grandeza de la cantante recae en su don de transmitir una multiplicidad de sentimientos - especialmente el dolor - a través de la letra de sus interpretaciones, pero la castigamos por ser demasiado “masculina”, por tener una personalidad radical que no va de la mano con los ideales de una mujer correcta.
El lesbianismo de Chavela Vargas parece hasta inimaginable, inclusive es creído como una estrategia de mercado. En “Dispara Margot Dispara”, el conductor de radio Sergio Zurita, menciona que “no se termina de creer” que Chavela abandonara Costa Rica por ser gay e incluso dice que ella podría estarlo inventando. Así de imposible es para un hombre que una mujer ame a otra mujer.
El regreso de Chavela Vargas a las pantallas nos recuerda que todavía nos quedan muchos diálogos que entablar. A pesar de no considerarse una activista en vida, es sin duda alguna una figura que abre las posibilidades de cambio ante la realidad de una mujer lesbiana. Traerla al presente es recordar y sentir; es abrirle un espacio a la diferencia, a que las nuevas generaciones de mujeres se hagan camino en una sociedad que sigue haciéndolas menos. Es alguien a quién admirar, que no cumple con los estándares de belleza, y de la rigurosidad binaria. Logró hacer su voz resonar a su manera; a la Chavela Vargas.