Pan de muerto: de la nata… ¿a la hamburguesa?

Pan de muerto: de la nata… ¿a la hamburguesa?

Imagen vía: El Universal

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La época de la comida mexicana es todo el año. Celebramos con rosca de reyes el inicio de un nuevo ciclo para llegar después a los tamales de la Candelaria. Pasamos del pozole tradicional de las fechas patrias a engordamos aún más con el maravilloso pan de muerto, que acompañamos de un chocolate caliente desde octubre hasta noviembre. Si bien es cierto que nos encanta celebrar con comida cualquier festividad, también tenemos que decir que una característica de nuestro ingenio gastronómico es la posibilidad de adaptarnos a un sinfín de nuevas combinaciones de sabores.

Un ejemplo claro es que la bandita de la ciudad tiene como culto central poner todo entre un bolillo: plátanos, gelatinas y helados incluidos. Esto llego todavía más lejos cuando hace poco más de un mes, en redes sociales se desató una verdadera tendencia al conocer las denominadas manteconchas: la perfecta y exitosa combinación de carbohidratos para cualquier paladar mexicano.

Imagen vía: América Retail

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Sí, amamos la comida y amamos al pan. No es de sorprender que por estas razones la tradición de día de muertos sea tan especial para nosotros. Además de unirnos en una bella costumbre que nos recuerda la delgada línea entre la vida y la muerte, también nos unimos en un espíritu de gordura.

Dicen que el pan de muerto puede ser sumamente variado como toda la cocina mexicana. Sus variaciones van desde el tamaño (chico, mediano, grande, más grande y familiar) hasta los ingredientes que le puedes poner adentro: chocolate, helado, nata y hasta carne de hamburguesa. Sí, en serio: carne de hamburguesa. También varía su preparación: existe el clásico espolvoreado con azúcar, el que solamente tiene unas cuantas semillas de ajonjolí y la versión integral para las personas más sanas.

Podemos imaginar como debieron de haber sido las cosas hace cincuenta años: los barrios en los que la gente vivía se llenaban en su totalidad por el aroma del pan en el horno. Pero en noviembre, ese aroma se hacía más especial. En pensamiento clásico y romántico, podemos idealizar una comunidad muy unida haciendo su ofrenda y poniendo pan de muerto recién hecho.

Hoy las cosas son un tanto diferente. Aún hay lugares que mantienen esa tradición y se juntan para celebrar las costumbres y compartir un pan de muerto. Pero más allá de eso, otra realidad es que este objeto de deseo repostero ha llegado a una masificación (en todas las posibilidades de la palabra), tal que podemos encontrar pan de muerto en Walmart, Superama y hasta en Starbucks.

Los medios cambian y las formas en las que consumimos también. Sin embargo, el espíritu de reunión y de celebración aún están presentes. Ahora tenemos más posibilidades de poder elegir qué tipo de preparación nos agrada más. Eso sí, no olvidemos compartirlo con todos los que podamos y remojarlo en el chocolate.

Imagen vía: MXCity

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