bdrmm se renueva con Microtonic y se presenta en Extracto — IBERO 90.9


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bdrmm te acompaña con Microtonic en tu travesía semanal

bdrmm te acompaña con Microtonic en tu travesía semanal

Por Feru

Es un hecho que vivimos en una sociedad en donde todo tiene que pasar de una manera rápida, instantánea. No tenemos la paciencia para dejar que las cosas vayan por sí solas.

Yo tengo la creencia que nuestra noción del tiempo se alteró después de un evento que cambió al mundo, la pandemia. En el año 2020 el planeta tierra colapsó, una enfermedad con una mortalidad bastante alta arrasó las calles sin frenesí y todo se congeló. La soledad de no poder ver a gente cara a cara, la ansiedad de tener el futuro incierto y la tristeza de solamente tener que ver cuatro paredes nos inundó.

Si comparten este sentimiento, bdrmm lo expresa en su nuevo álbum Microtronic, que salió el 28 de febrero de este año a través del sello Rock Action Records.

Este trabajo marca una evolución significativa en el sonido de la banda, alejándose de sus raíces shoegaze hacia una propuesta más electrónica. ​Como ejemplo de esto tenemos John on the Ceiling, una de esas canciones que te envuelven y te dejan con una sensación rara, como si estuvieras atrapado en un sueño del que no puedes salir.

Hay ritmos glitchy, sintetizadores hipnóticos y una vibra tensa; algo a punto de explotar. La colaboración con Sydney Minsky-Sargeant (Working Men’s Club) le da un peso extra a la canción, con su voz grave que refuerza la sensación de inquietud.

La letra es puro desasosiego. Habla de la ansiedad, la monotonía de la vida moderna y estar atrapado en un ciclo del que es difícil salir. Me recuerda mucho a esa sensación que nos dejó la pandemia, cuando el tiempo se sentía borroso y todo parecía moverse en piloto automático.

Hay una pregunta en el aire: ¿podemos realmente cambiar o estamos condenados a repetir los mismos errores? La banda juega con esa idea, inspirándose en Metamorfosis de Kafka y en el cine surrealista de David Lynch, creando momentos que oscilan entre lo bello y lo incómodo.

Musicalmente, la canción es un viaje. Arranca con una línea de bajo cíclica y guitarras llenas de reverb, pero pronto entran los sintetizadores y la percusión electrónica, dándole una energía más cercana a Jamie xx o Bicep. Las estrofas son tensas y contenidas, hasta que el coro llega como una especie de liberación. Es ese tipo de canción que te pone en trance sin que te des cuenta.

El videoclip refuerza esta vibra distópica: la banda filmó en un almacén abandonado en Sheffield, donde crearon un canal de compras ficticio bajo la corporación MicroTech, una sátira sobre la pérdida de individualidad en un mundo dominado por la tecnología. Es un concepto que atraviesa todo el álbum Microtonic, una estética que recuerda a los soundtracks de Trent Reznor o Thom Yorke.

Todo esto, sucediendo apenas en el primero de los 11 tracks que componen el disco, imagina lo que viene después. Una profunda y densa travesía por las sombras del pasado y la ansiedad incierta del inminente porvenir.

Así que sí, la vida está llena de melancolías y de soledades, pero nunca realmente estamos solos. Microtonic te acompaña, te dice que lo que estás sintiendo es real y eso no significa que lo tienes que pasar solo. La vida en sí ya es un peso bastante grande y difícil como para terminar de hacerlo sin compañía.

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