La historia se reescribe: el incalculable impacto del COVID-19
Quizá ninguno de nosotros imaginó la dimensión a la que llegaría el impacto de la emergencia sanitaria por COVID-19. A estas alturas de la pandemia y las medidas drásticas de distanciamiento social impuestas alrededor del mundo, se puede asegurar que estamos viviendo un cambio histórico sin precedentes. Desde las más pequeñas y cotidianas actividades hasta los eventos masivos más importantes, nos hemos visto obligados a adaptarnos a una nueva normalidad y un mundo cada vez más digital. Las nuevas formas de comunicación o adaptación de los distintos sectores sociales, culturales y económicos frente a los nuevos desafíos, resulta en una invitación para reflexionar la forma en la que interactuamos con el entorno que nos rodea, y pensar en la posibilidad de hacerlo de forma distinta de ahora en adelante.
En un plano general, la economía ha dado un freno casi por completo. Con el cierre temporal de una cantidad enorme de pequeños y medianos negocios, los ingresos de muchos mexicanos, así como el de ciudadanos en distintos países, se ven amenazados. Hoy en día, en México, se han perdido 346,878 empleos formales por la contingencia, sin contar el sector de empleo informal, del cual depende el 56.7% de los trabajadores. A nivel mundial es más difícil de estimar, pero se prevé la pérdida de 195 millones de empleos. Aunque los negocios locales son quienes se encuentran en mayor riesgo, las grandes empresas no están exentas de sufrir un golpe igualmente importante en sus ingresos.
La respuesta a nivel mundial ante la crisis se ha visto en casi todos los ámbito y una de las primeras industrias en verse afectada fue la del entretenimiento. Una medida primordial, que fue de las primeras en ser implementadas, fue la cancelación de eventos en los que existiera una importante aglomeración de personas. Esto implicó la cancelación de festivales musicales sumamente destacados, como South By Southwest, Coachella y el legendario Glastonbury. Sin embargo, ahora que se puede vislumbrar la duración de este fenómeno, se ha tenido que recurrir a la cancelación de eventos con mucha mayor trayectoria e importancia cultural, como es el caso de Festival de Cannes y los Cannes Lions, inaugurado en 1954. La Institución dió el siguiente comunicado al respecto:
Otra cancelación histórica a causa del COVID-19 fue la de las Olimpiadas de Verano de 2020. Desde la inauguración de los Juegos Olímpicos, en 1896, sólo han sido cancelados en tres ocasiones: una vez durante la Primera Guerra Mundial (1916) y dos veces durante la Segunda Guerra Mundial (1940, 1944). Se planea posponer el evento para el año siguiente, sin embargo, aún es difícil predecir la situación en la que nos encontraremos para ese entonces. También han sido canceladas las ligas de otros deportes importantes, como la NBA, NFL, y nuestra propia Liga MX.
Aún así, algunas otras iniciativas han surgido como alternativas dentro de la industria del entretenimiento, en particular en el plano digital, que dan algo de aliento. Los Premios Oscar, otro evento de suma importancia, también han tenido que hacer alteraciones a su organización y reglamento usual. Por primera vez en su historia La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas anunció que permitirá que algunas películas lanzadas en plataformas de streaming y por lanzamiento digital califiquen para nominaciones en 2021.
En el ámbito musical, el pasado 18 de abril se transmitió el festival digital más grande en la historia, con la participación de más de 70 artistas y una duración de 8 horas de transmisión, contando 120 minutos en vivo. One World: Together At Home nació con el fin de recaudar fondos para el Fondo de Respuesta al COVID-19 de la Organización Mundial de la Salud y se estima que se recaudaron, previo al show, cerca de 120 millones de dólares.
A todos estos eventos afectados, se suma un movimiento sociocultural también que ha tomado mucha fuerza en nuestro país, en especial en años recientes, y que tendrá que migrar a una versión digital: la Marcha LGBT. Celebrada anualmente el 27 de junio en distintos países alrededor del mundo, los comités de la marcha en países como México y España han anunciado una dinámica digital para seguir creando espacios de reivindicación, diversidad y aceptación. Esta es la primera vez que la Marcha LGBT adoptará este formato en toda su historia en México.
Quizá la única agradecida por el aislamiento sea la naturaleza, que poco a poco se vuelve a hacer presente en espacios donde hace varios años no se veía. Incontables testimonios de avistamientos de animales en plena urbe alrededor del mundo resultan un alivio entre las muchas noticias negativas. Entre ellas, medusas que deambulan por los canales de Venecia, monos hambrientos corriendo en las calles de Tailandia, gansos paseando por de Las Vegas y venados en las calles de Sri Lanka.
Pero el fenómeno más cercano a nosotros, uno que no se había visto en playas turísticas desde hace muchos años, es el regreso de la bioluminiscencia a causa de las algas. Este fenómeno es el proceso a través del cual los organismos vivos producen luz, el cual es el resultado de una reacción bioquímica en la que comúnmente interviene una enzima llamada luciferasa. Se logró ver en la playa de Puerto Marqués, Acapulco, una zona que suele estar llena de turistas.
Puerto Marqués la noche del 20 de abril.
Todos estos cambios reflejan de forma clara la capacidad que tiene la tierra, y nosotros con ella, de adaptarnos a situaciones drásticas. Sin embargo, también es importante seguir cuestionando nuestro rol como sociedad en el surgimiento de estás situaciones. Nos encontramos viviendo un evento con una enorme trascendencia, un punto de inflexión en la historia de la humanidad. Los eventos que han ocurrido a raíz de la pandemia por COVID-19 pueden ser desconcertantes, pero se nos presenta la posibilidad de imaginar una realidad distinta a la que vivíamos anteriormente.
En medio de lo peor de la pandemia, y en la larga lucha que sigue, optemos por repensar nuestro papel en este mundo y hagamos de todos estos eventos históricos la pauta para cambiar el oscuro curso por el cual parecemos encaminarnos.
