El COVID-19, mejor conocido como Coronavirus, pasó de ser una noticia aparentemente lejana en China, a una emergencia sanitaria a nivel mundial. Con al menos 970 casos registrados y 28 muertes en Estados Unidos, muchos de los festivales más importantes del país están reconsiderando llevar a cabo los eventos frente a posibles contagios colectivos, con algunos incluso tomando la decisión de cancelarlos por completo.

El primer festival en anunciar su cancelación fue el South by Southwest (SXSW) de Austin, un enorme festival de tres semanas que abarca música, tecnología y cine. Aún no se han calculado las pérdidas monetarias que esto implica, pero basta con decir que será la primera vez en 34 años que el festival no se celebra. Tras esto, Coachella tardó poco en tomar la posible pandemia en cuenta, y ahora mismo están intentando cambiar las fechas programadas en abril para evitar la cancelación definitiva. El festival tiene 48 horas para anunciar las nuevas fechas en octubre o, en dado caso, hacer pública la suspensión del evento por completo.

El Dr. Cameron Kaiser, oficial de Salud Pública del condado de Riverside (que incluye el Coachella Valley), fue el encargado de emitir la orden que prohibe que se lleven a cabo eventos masivos en próximas fechas. "Esta decisión no se tomó a la ligera o sin considerar todos los factores. Sin duda impactará a muchas personas, pero mi principal prioridad es proteger la salud de toda la comunidad", dijo el Dr. Kaiser al respecto.

Las pérdidas para estos festivales, así como muchos otros que se llevan a cabo en el país durante el año, serían monumentales. Pese a que los eventos suelen estar asegurados en caso de cancelación, las causas posibles incluyen terrorismo, destrucción de propiedades y eventos climáticos, nadie imaginó una posible pandemia dentro de estos motivos.

No es solo la industria musical la que se ha visto afectada por la amenaza del Coronavirus, sino la industria del entretenimiento en general. En Febrero se canceló el famoso Carnaval de Venecia debido al brote de casos en Italia y el lanzamiento de la nueva película de la saga de 007 en salas se pospuso hasta noviembre para evitar las grandes masas que generan las premieres.