“México es un país con cada vez más miedo” – Humbert Padgett
El secuestro en México, es sin duda uno de los temas más importante en la agenda de seguridad del país; es un crimen que está presente en la sociedad, en sus costumbres y en el colectivo imaginario de los mexicanos. El secuestro y su sanción, están contemplados en la constitución mexicana desde el año 1871 y durante la revolución mexicana fue una estrategia utilizada por el movimiento insurgente. El plagio a personas ha estado presente en México durante toda la historia, solamente que bajo diferentes tonalidades y características. Como por ejemplo, en las décadas de los 60s y 70s, grupos guerrilleros se dedicaban al secuestro de figuras políticas. Sin embargo, claramente la crisis del año 1994, acompañada de altos niveles de pobreza, así como de desempleo y pérdida de patrimonio, agravó la situación del secuestro y se convirtió en la época de los “macrosecuestros”; caracterizados por ser plagios de larga duración y demandas de altas cantidades de dinero para los rescates.
En el nuevo siglo, en el presente de México, el secuestro ha sido combinado con grandes bandas tradicionales, pero también con la característica del vínculo con el narcotráfico. Sin duda, en el país se han tejido grandes y complejas redes de secuestro que sofocan a la población civil. Existen muchas cifras, datos, estadísticas que se mencionarán a continuación:
- Uno de cada 10,000 mexicanos es secuestrado
- En el año 2012 hubo 105 mil secuestros
- De la anterior cifra, sólo se denunciaron 1,137 denuncias
- México, es el segundo país donde hay más secuestros; nuestro país se encuentra en una cifra más alarmante que Afganistán, Irak, Kenia o Siria.
- Los estados donde hay más secuestros son: Tamaulipas, el Distrito Federal, Veracruz, Guerrero, Michoacán, Coahuila, Hidalgo, Nuevo León, Morelos.
- Algunos de los secuestros más comentados en México han sido el del “Jefe Diego” en 2010, el de las hermanas Laura Zapata y Ernestina Sodi en 2002, Fernando Martí Haik en 2008; Armando Gómez, esposo de Gloria Trevi en 2011, entre otros muchos que han ocurrido.
Cabe mencionar que muchas veces, en efecto se habla del secuestro en datos cuantitativos, que sirven para contextualizar tan alarmante situación, sin embargo; ¿cómo viven las personas que son plagiados esos momentos? ¿Qué es el síndrome de Estocolmo? ¿Cómo la gente se reincorpora a su vida después de un secuestro? ¿Cómo viven las familias el secuestro y el regreso de su pariente? ¿qué es el estrés post traumático?
Existen diferentes respuestas a las anteriores preguntas. Primero que nada, es importante mencionar que existen medidas preventivas para el secuestro recomendadas por la Secretaría de Seguridad Ciudadanas que son:
- Tratar de no ser ostentoso o llamativo.
- Cambiar continuamente las rutas y horarios.
- Evitar proporcionar información personal o de familiares a desconocidos.
- No hacer públicos los logros financieros.
- Mantenerse en comunicación constante con los familiares,
- Y establecer una clave de seguridad con los mismos, con la finalidad de que sean los únicos que tengan conocimiento de la misma.
Las recomendaciones que se hacen en caso de ocurrir un secuestro, de acuerdo a la misma instancia son las siguientes:
- Mantener una actitud de cooperación con los plagiarios.
- Actuar con calma, no discutir con los captores, demuestra un temor natural.
- No dar información privilegiada respecto a la economía familiar y personal, asumiendo que con la que cuentan los secuestradores, es real y no existe nada más que mencionar.
- Proporcionar para la comunicación, teléfonos de línea convencional y en caso extremo un número celular de la persona previamente designada para el control de crisis, lo cual es de gran importancia hablarlo en familia, por si en algún momento se presenta una situación así.
- Tratar de recordar y registrar información, detalles o referencias durante el cautiverio, para que sirvan en la futura denuncia.
¿Qué es el síndrome de Estocolmo?
Es una reacción psicológica por parte de la víctima durante un secuestro, en la cual desarrolla una relación de afecto, de complicidad con su secuestrador. Normalmente se debe a la ausencia de violencia por parte del secuestrado. Las personas que experimentan dicho síndrome tienden a tener sentimientos positivos hacia su secuestrador e ira contra de las autoridades. El síndrome de Estocolmo, inicia con sentimientos de comprensión hacia el secuestrador. También es recíproco, pues el secuestrador tiene pensamientos positivos hacia su rehén. El síndrome de Estocolmo es más común en personas que han sufrido abuso sexual, que son miembros de una secta, que han sufrido violencia física y verbal, o que han sido prisioneros de guerra.
¿Qué es el estrés post traumático?
La doctora Jessica Gutiérrez Castillo y la maestra Nathalia Vargas, acompañaron la emisión de Zigma Opinión pública y tuvieron un gran énfasis en este punto. Las expertas comentaban que durante un secuestro es difícil realmente hacer algo para guardar un control emocional. Sin embargo, lo que recomendaron fue el autocuidado; es decir, tratar de comer bien, dormir, tomar agua, entre otros aspectos, para estar fuerte enfrontando situaciones. Durante el secuestro es normal que ocurran sentimientos de culpa.
En el caso de las familias, durante un secuestro lo más importante es mantener unido el núcleo familia y por otro lado, que el negociador con los secuestradores sea un tercero. Una vez que el familiar está de regreso, es cuando ocurre el estrés pos traumático. Es un conjunto de cambios en actitudes, gestos, lenguaje verbal y corporal. Los secuestrados tienden a tener sentimientos de vergüenza, y más si fueron víctimas de abuso sexual.
Lo más recomendable es primero que nada denunciar, y más desde el enfoque de sociedad civil. Para sobrellevar y reincorporarse a la vida, se recomienda tomar algún tipo de tratamiento, con la finalidad de irse readaptando a las actividades. Muchas veces después de un secuestro, hay rupturas de pareja, familia, etc.