Una vida explicada en 90 minutos: Nacho Trelles, la leyenda del futbol mexicano
Por: Omar García Cosío
Los ciclos deportivos terminan cuando la crece la cifra de una marca, cuando el segundero se resiste a completar la vuelta entera, cuando en otras palabras: se es más fuerte, más alto, más rápido. mil 83 partidos dirigidos, 117 con Selección Mexicana (máxima cantidad en la historia), 15 títulos en el profesionalismo. Cualquier récord anterior es ya suficiente para hablar de leyendas, pero los 103 años que Don Nacho Trelles pasó en el mundo se convierten en un nuevo paradigma: se fue la figura que vio pasar del cuero a los materiales sintéticos, de los diarios a la televisión satelital, del pasatiempo al monstruo industrial que hoy es el balompié.
Como jugador pisó canchas incluso antes de conformarse la era profesional en México. Campeón definitivo con Necaxa, en la 1934-35 fue el periodo antes de la Primera División que vio sus mayores glorias. Aunque también estuvo en el amanecer de la liga. Después de desaparecer el conjunto rojiblanco, tuvo pasos intermitentes en América, Minnesota en Estados Unidos, Monterrey y el Atlante donde se retiró por una lesión.
La leyenda nació entonces. Cuando el pantalón se hizo largo y el hábitat natural se convirtió en la caseta. Cien, quinientos, mil. Una vida explicada en 90 minutos.
No hubo Copa Mundial de Futbol que no le tocara. Protagonista en tres de ellas: Suecia 1958, Chile 1962 e Inglaterra 1966. Bajo su mando se logró lo que hasta ese punto se vislumbraba imposible: el primer punto ante Gales en la zona escandinava y cuatro años más tarde la primera victoria. 3-1 sobre la Checoslovaquia (subcampeón en aquella edición). Rozó la gloria con la selección olímpica en México 68: semifinales.
En el campeonato local, hizo de Morelos una capital futbolística. Primero al Zacatepec, único contrapunto para el campeonísimo Guadalajara de los años 50. Tres títulos de liga, dos copas y otro par de Campeón de Campeones, mientras que bordó la única estrella en el firmamento del extinto Marte.
En los 60, construyó la primera era de gloria para el Toluca: dos dobletes. Campeones de liga y del Campeón de Campeones (1966-67, 1967-68). Además del primer título de CONCACAF para los rojos.
Su última gran etapa fue la chapa dorada que selló la década celeste. La gran “Máquina” que constituyó la grandeza a la que hoy se remite Cruz Azul: bicampeones. 1978-1979 y 1979-1980. El colofón llegó con Trelles vestido de azulgrana: el cetro de la Confederación en 1983. El retiro llegó en la 1990-1991, cuando el Puebla quedó a un paso de la final perdiendo ante Pumas.
En su etapa final, el ojo clínico de una vida consagrada al deporte quedó en la Noria, analizando las futuras estrellas de su Cruz Azul.
De acuerdo a Don Nacho, el entrenador siempre vive con la maleta hecha. Y hoy en su último viaje, la diferencia es que aunque se vaya, se queda.