Fotografía de Misael Garrido.
Hace diez años, una serie de casualidades me llevaron a una tienda de discos donde compré el material de una banda que nunca había escuchado. El álbum se titulaba 20 años no es nada y la música corría a cargo de 2 minutos. Se trataba de un disco conmemorativo en el que a través de un CD y DVD, se mostraban versiones en vivo de las canciones que habían acompañado a la banda durante veinte años de carrera. Todo el disco fue grabado en el marco de un gran concierto de aniversario sucedido en Argentina.
Por más que pase el tiempo, 20 años no es nada siempre será uno de esos discos de escucha recurrente, pues gracias a él, pude conocer la historia de 2 minutos. Desde buscar en Google Maps la ubicación exacta del barrio de Valentín Alsina, hasta hacer una banda de covers sólo para poder tocar “Amor Suicida”, la agrupación argentina de punk rock ha dejado una marca en todos aquellos que decidieron recibirla dentro de su repertorio musical.
El sábado pasado, el Pabellón Cuervo de la Ciudad de México sirvió como una de las sedes para la celebración de los treinta años de trayectoria de 2 minutos. Aunque esta no fue la primera vez que dejo que la música de los argentinos me saque moretones, resultó muy emocionante formar parte de una celebración de aniversario. Después de diez años de escuchar el 20 años no es nada e imaginar la locura de la gente que presenció ese show, por fin era momento de formar parte de la historia de 2 minutos, esta vez en su aniversario número treinta.
Aproximadamente a las 7:50 de la noche, la música ya comenzaba a retumbar en el hangar que se encuentra a un costado del Palacio de los Deportes. Para sorpresa de muchos–realmente sólo para los que no se molestaron en revisar los horarios–, Seguimos Perdiendo era la banda encargada de comenzar con las actividades del treinta aniversario de 2 minutos. El que sigue de cerca la historia de Seguimos Perdiendo, sabe perfectamente que su frontman “Maic” no toca con ellos desde hace varios años, sin embargo no creo que eso sea motivo suficiente para que esta icónica banda haya sido la primera en tocar, al final Seguimos Perdiendo es como "el 2 minutos mexicano".
Aún con poca gente pero con mucha energía, Seguimos Perdiendo demostró que no importa el paso de los años, ni mucho menos si la alineación es la original o no, ellos son grandes representantes del punk rock mexicano y a través de temas clásicos como “Flaca”,”Farolito” y “Puta Vida”, el público cantó sin parar entre codazos y empujones. Finalmente Beto, Pepe y compañía despidieron su corto set con “Se me entumió la mano de tocar ska”, los gritos de “oi oi, Seguimos Perdiendo” no se hicieron esperar, y aunque todos queríamos un poco más, ya era el turno del Chingadazo de Kung Fu para continuar con la celebración.
Pasaron como quince minutos para que el Chingadazo de Kung Fu tomara el escenario del Pabellón Cuervo. “Nosotros somos el Chingadazo de Kung Fu y somos la banda más culera que van a escuchar hoy”, tras esas palabras del guitarrista Alex, la banda comenzó a tocar “Intento Fallido Número 7”. Ser el encargado de tocar justo antes del acto que todos quieren ver, puede ser un arma de doble filo, pues mientras muchos de nosotros intentábamos disfrutar el show de una de las bandas mexicanas que más nos gustan, muchos otros se encontraban simplemente desesperados por escuchar a 2 minutos. Entre burlas y gritos, Marino, bajista del CHDKF tuvo que esquivar un vaso que se estrelló en el cuerpo de su instrumento. Con una desesperación inminente y después de “Rehab”, “Imape” y “Sigo Perdiendo” acompañados por Aldo de Tungas en la voz, el show del Chingadazo logró encontrar un poco de empatía en los espectadores justo en el momento que decidieron tocar “Pobre Corazón” de la banda argentina Embajada Boliviana. Lamentablemente este show no fue como esperaba. Entre chiflidos y gritos pidiendo a 2 minutos, El Chingadazo de Kung Fu concluyó su presentación con “No me importa”. Creo que todo pudo haber sido mejor, si Seguimos Perdiendo hubiera tocado en ese horario.
Con cantos provenientes de porras de equipos de futbol, todo se encontraba listo para que 2 minutos celebrara treinta años de carrera. No pasaron ni veinte minutos para que Monty, Pablo, Papa, Pedro y Mosca saltaran al escenario. La crudeza y brevedad en las canciones no tardó en llegar, desde el primer instante, el Pabellón Cuervo se convirtió en una fiesta total. No había ni un sólo rincón para refugiarse de los golpes y la euforia causada por los argentinos. Sin parar ni por un segundo, poco a poco fueron saliendo las canciones que todos queríamos escuchar. Al ritmo de temas como “Mala Suerte”, “Vampira”, “Otra Mujer” y “Canción de Amor”, los originarios del barrio de Valentin Alsina demostraron ser unos maestros en el arte de mover a la gente a su antojo.
Uno de los momentos que vivirán como una postal mental para todos los que estuvieron presentes, es el de un lugar repleto de gente que gritaba “Señor oficial no me diga nada, no me puede levantar”. Cuando el show se encontraba por la mitad, Mosca observó a un niño de unos diez años que estaba disfrutando el show y decidió subirlo al escenario,“Rompan todo lo que les de la gana”, fue lo único que dijo el niño cuando le acercaron el micrófono.
Tras otra serie de temas como “Borracho y Agresivo”, “Valentin Alsina” “Demasiado Tarde”, Tema de Adrián” y un cover a “Las piedras rodantes” de El Tri, los argentinos bajaron del escenario para pedir cinco minutos de pausa. Al parecer uno de sus guitarristas estaba tocando con el brazo roto. Aún con las heridas, todos los integrantes regresaron al escenario para concluir su gran presentación con canciones como “Ya no sos Igual”, “Como Caramelo de Limón”, “Aeropuerto” y “2 Minutos”. Con aproximadamente hora y media de show, no faltó ni una sola rola por sonar dentro del setlist de los argentinos. Ha sido un gran honor haber formado parte de la historia de 2 minutos.