Por Re Esteva (@subhigh) No es una sorpresa que Robyn –de Suecia– y Röyksopp –de Noruega–, hayan creado una muy buena colaboración, pues ya lo habían hecho antes con canciones como “The Girl and the Robot” (Junior, 2009). Lo que sí cae como balde de agua helada y le dará escalofríos de emoción a cualquier amante de la electrónica nórdica y el “indie darks” es saber que esta nueva colaboración es Do It Again, un mini-álbum medio indulgente con más de 30 minutos de éxtasis puro.
Los sencillos que se pudieron escuchar antes de que fuera lanzado Do It Again fueron un track homónimo perfecto para el pop mainstream y “Sayit”, corte entrecortado y robótico. Claro que este mini-álbum es mucho más que eso y además de ser una colaboración que cabe perfecto en ambos extremos del espectro musical, es el regreso de Robyn, Svein Berge y Torbjørn Brundtland a hacer las cosas sólo por placer y amor.
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Es cierto que al principio “Do It Again” le roba escena al resto del material por su estructura tan pegajosa, pero las otras cuatro canciones dan mucho de que hablar y provocan un estado de trance desde el inicio hasta el final. Un ejemplo es el el segundo sencillo “Sayit”, con una musicalización muy à la Autechre o Gesaffelstein y una voz robótica que intercambia un deseo constante con Robyn en la forma de una frase: “I WANT YOU.” Y es que de eso se trata Do It Again: del deseo, de explorar y de romper con aquello que parecía estar ya definido.
Si se pudiera describir al disco con colores, Do It Again sería con una gama de grises neutros que de a ratos explotan en dorado o plateado. Así como Do It Again sirve para bailar en el club con cortes tristes medio italo disco como “Every Little Thing”, también sirve para ir manejando un Volvo sueco a toda velocidad en una autobahn... mientras se pierde la cabeza, se deja de ver el camino y se besa apasionadamente al copiloto.
Y si se escucha con atención y profundidad, “Monument”, el corte inicial y el más largo, es también el más relevante de esta colaboración. Como dijo Robyn en su sitio, “‘Monument’ es especial para el álbum. Se trata del espacio en el tiempo y de definirse a uno mismo. Fue como un sueño, una meditación.” Y es ahí, con declaraciones contundentes por parte de la sueca y preciosos interludios electrónicos de tres minutos por parte de los noruegos, donde aparece la verdadera unidad entre Robyn y Röyksopp.
Justo como dice “Monument” entre sus finas líneas de saxofón y tambores tribales, Do It Again es una especie de faro que seguirá aquí cuando Robyn y Röyksopp ya no estén. Un tesoro perdido y hecho con amor para los fans del indie, la electrónica y el pop. “This will my monument. This will be a beacon when I'm gone. So that when the moment comes, I can say I did it all with love.”