Por Sofía V. (@sofiavim)
Imponente, insondable, imperturbable. Se disfruta, se escucha, se alaba, y ahora, se recuerda. Esa especie de ronroneo que proviene de su garganta cuando llega a las notas bajas ha provocado que miles de personas, a lo largo de muchos años, sientan piel de gallina que proviene desde atrás de sus orejas, abriéndose paso a la espina dorsal, hasta llegar a las muñecas y dedos del pie, con un estallido de placer y deseos de bailar al ritmo de Johnny Cash. Siempre vestido de negro, con sus notas bajas y sensuales pero con un ritmo que dio origen al rockabilly, ha dejado un legado musical enorme. Este año se celebra el aniversario número cuarenta de I Walk the Line (Columbia, 1964).
Cash hizo música por más de 70 años, durante los cuales pasó por la guerra, la Iglesia, el divorcio, las drogas y un enamoramiento sin igual, además de vasta producción musical, giras por todo el mundo y colaboraciones con muchos artistas como Emmylou Harris, Jessi Colter, Tom Petty, Kris Kristofferson, Kirk Hammett, entre otros. Toda esa dedicación rindió frutos; no es por nada que el Hombre en Negro es el único en estar nombrado en el Salón de la Fama de la música Country (1980), el de Rock and Roll en 1992, y en el de Escritores de Canciones de Nashville cinco años después.
La canción homónima de I Walk the Line, fue originalmente producida por Sun Records en 1956, y después se volvió a grabar, junto con “Folsom Prision Blues”, “Give My Love to Rose”, “Hey Porter”, “Wreck of the Old ‘97” y “Big River”. Esto fue para que canciones que ya eran reconocidas y galardonadas se volvieran parte del catálogo del Columbia Records. Cuando el track original “I Walk the Line” salió, se convirtió en el primer gran éxito del artista al llegar al primer lugar de la lista Billboard por 43 semanas, y luego, en el conteo anual, quedó en el número 81.
Cash trabajaba con Marshal Grant, bajista, y Luther Perkings, guitarrista; trío mejor conocido como Johnny Cash and the Tennessee Two, pero en 1960 llegó un nuevo integrante, WS Holland, a tocar la batería. Con esta adición el nombre del grupo cambió a Johnny Cash and the Tennessee Three.
A pesar de que la producción del disco fue una estrategia de Columbia Records para tener derechos sobre las canciones que ya eran exitosas, el álbum contenía dos tracks inéditos, “Bad News” y “Understand Your Man”, que se convirtieron en top-ten singles en la tabla de música Country y Western de 1964. Además en el ‘67 fue certificado como golden album por la R.I.A.A. (Recording Industry Association of America).
La letra de “I Walk the Line” es un arma de doble filo, pues el sueño de J.R. Cash (John Ray) era escribir música gospel, pero Sam Phillips, el fundador de Sun Records, no lo dejaba. Cash compuso la letra de esta canción y la explicó como una manera de prometerle a su entonces esposa, Vivian, que se iba a mantener dentro del margen de lo correcto. Años después, en una biografía escrita por Robert Hilburn, salió una cita del músico que decía: “Sam nunca lo supo, pero “I Walk the Line” fue mi primer éxito de gospel”.
El aspecto de Cash era el de un hombre sombrío, inadaptado, rebelde. Las letras de sus canciones, normalmente melancólicas o de rendición, provocaron que el artista adoptara una imagen de outlaw. Sus presentaciones en cárceles estatales, utilizando sus elegantes trajes negros le dieron más validez aún a este distinguido arquetipo, y provocaron su apodo “Man in Black” (Hombre en Negro), por portar sus trajes atezados como ritual de buena suerte.
Ese terso tejido creado por su voz profunda, enredada con las letras que reflejaban sus pesadumbres, anudadas a la caótica vida que llevó, llena de moralidades deshechas y vueltas a hacer, de romances insignificantes convertidos en los pilares de su vida y mucho, pero mucho talento, es lo que colocó a Johnny Cash en el actual —y bien merecido— pedestal en el que está. Es uno de los grandes. De los que perduran en la historia de la música e incluso de la farándula por las estrechas relaciones que tenía con otros músicos como Jerry Lee Lewis, Carl Perkins y Elvis Presley. Es de aquellos que serán recordados no sólo por la música que crearon, sino por las bases que sentaron para dar paso a nuevos géneros. A once años de haber muerto, se le conmemora como uno de los grandes, de los creadores, de los revolucionarios.