por Miguel López Valdivia Ver documentales es algo bueno para ti. Existe esta noción de que los documentales son de lo más aburrido gracias a nuestras irresponsables maestras de primaria que para ellas ver una película en clase era lo mismo que sentarnos a ver dos horas sobre la evolución y extinción del brontosaurio. Sí, Searching for Sugar Man es un documental, pero es uno que te erizará la piel, te amarrará la garganta con un gran nudo y hará lo que mejor hace el cine: hacerte soñar.
Hay dos partes en esta historia: en Estados Unidos, Sixto Rodriguez fue una leyenda a voces. Un mito que pareció nunca haber existido. Los pocos que sabían de él lo miraban como un héroe, pero el problema fue que fracasó, no vendió nada, fue un Don nadie olvidado entre miles de vinilos y millones de canciones.
En Sudáfrica fue un ícono. Un hombre que con su guitarra marcó una generación. Un Mesías que se suicidó bajo las luces del escenario. Años después, uno de sus más grandes fanáticos se puso a investigar la verdadera historia de Rodriguez, y es aquí a donde nos lleva la cinta.
Es un documental que hace que se te olvide que lo es, porque supera la ficción con una facilidad que muy pocos logran. Es una cinta muy sólida que no le pide nada a nadie y que se ha mantenido en pie y lo seguirá haciendo por sí sola.
Searching for Sugar Man es una película que se tienen que ver.