Para crear algo, se debe querer crearlo; y de la misma forma, para ser alguien es necesario querer serlo. Desde hace unos años, FKA twigs se ha esforzado en crear una imagen poderosa de sí misma ante el panorama musical actual. En el proceso, tanto ella como los amantes de aquello nuevo, bien hecho y extraño, han encontrado un refugio construido con ventanales inmensos, dobles alturas y un piso engañoso que parece cristal pero es en realidad un lago oscurecido con un cadáver en el fondo. Ese protector pero inquietante templo viene en la forma de un álbum debut sobrecogedor y devastador titulado LP1.
Como deidad única de este majestuoso santuario musical está Tahliah Barnett, mejor conocida simplemente como “Twigs” por la forma en que acostumbra tronar sus huesos como ramitas. El “FKA (Formerly Known As)” fue agregado hace poco después de que otro artista con el mismo nombre le pidiera cambiarlo. La artista creció en Gloucestershire –un área rural de Inglaterra– y asegura que siempre fue solitaria y nada popular, pues es de estatura pequeña, su padre nació en Jamaica y a ella le gustan cosas “raras” como bailar ballet o cantar ópera (ocupaciones y hobbies dignos de algún ser elevado pero perturbado).
Tahliah Barnett inició su carrera artística de una forma inesperada (al menos para aquellos que sólo la conozcan por su críptico y a la vez crudo proyecto): ella se comenzó a crear a sí misma dentro de la industria pop que produce a personajes como Lady Gaga. Bailarina con una excelente reputación en videos de celebridades como Jessie J, Kylie Minogue y Taio Cruz, Twigs comenzó a hacerse de un tipo de fama muy distinto al que tiene ahora: ella era “la chica del video” a la que la gente reconocía, pero no por ser ella como tal, sino por aprovechar su innegable talento para hacer y comportarse como alguien más le pedía. Desde sus dos primeras producciones EP1 y EP2, este “yo puedo ser mucho más que eso” se hacía notar en sus abstractos pero sensuales videos, como el de “How's That”. Ahora, en LP1, Twigs ataca el asunto de una vez por todas y con violencia en un track titulado “Video Girl”. En este, frases como “Was she the girl that’s from the video? You lie, you lie, you lie” expresan algo que la misma artista ha explicado ya en entrevistas: “–¿Eres esa chica del video de Jessie J?–. Yo siempre decía –No–. Y ellos se quedaban como –¡Estás mintiendo!–. Y yo insistía, –¡No! No soy yo.–”
https://www.youtube.com/watch?v=a7CTo2-bAA8
Para LP1, el sonido de FKA twigs ha sido pulido. De tener dos EPs con glitches astillados (en el buen sentido) y tambores a los que era imposible seguirles la pista, este nuevo material se crea a base de beats entrecortados pero armoniosos y vocales que se balancean entre lo celestial y el más puro sentido del deseo humano. Influencias tomadas de todos los universos musicales son claras aquí: una esencia R&B al estilo de Beyoncé en el manejo de la voz, estructuras subrepticias à la Massive Attack por todos lados y por si fuera poco, ritmos extrañísimos fuera de tiempo y lugar pero que extrañamente quedan perfecto donde están (como los de Zomby o SOPHIE). Para añadirle a la sobrenatural variedad de ideas y sonidos, Twigs trabajó con distintos productores para crear LP1. Entre ellos están Devonté Hynes, mejor conocido como Blood Orange, Sampha y Emile Haynie, el responsable detrás de producciones como Born to Die de Lana del Rey y "Runaway ft. Pusha T" de Kanye West.
La lírica expulsada por Twigs también es algo paralelo a esta dimensión pero que aún así, existe en otra. Desde el inicio con “Preface”, frases como “I love you and thus I hate myself” –que de hecho es parte del poema I Find No Peace de Sir Thomas Wyatt– invaden el ambiente y crean una especie de mantra con el cual esta peligrosa aseveración se convierte en la constante única de LP1, en la llave que abre el místico templo. Por ejemplo, se puede amar a alguien, pero al hacerlo, uno puede odiarse a sí mismo por la forma en que ese amor se ha vuelto tan relevante; esto también pasa en la música, cuando el artista ama su creación y lo que quiere es ante todo servirle, pero se da cuenta de que aún hay cosas que no puede o no siente que pueda lograr. En corto, “ser leal a algo es ser desleal para con todo lo demás” y en el caso de FKA twigs, este concepto aplica en ambos sentidos: lo musical y lo sentimental, lo metafórico y lo sexual.
Y en relación a esta última dualidad, LP1 es tan lascivo que precisamente, muchas veces se proyecta como algo mucho más sexual de lo que realmente es… pero unas cuantas veces, suena así de erótico porque simplemente lo es. La portada diseñada por Jesse Kanda muestra justo eso entre su curioso parecido con las primeras portadas de Björk: un contraste entre rojos y azules (eterno ying-yang occidental) en la forma de la cara de Twigs cubierta por una mancha que no se sabe si es un golpe ensangrentado, una quemadura de cuarto grado o un dulce derretido de la fábrica de Willy Wonka.
La dualidad se hace todavía más presente en el contenido musical: en canciones como “Pendulum” está el heartbreak absoluto mientras Twigs confiesa que se sienta muy sola al intentar ser de alguien. Mientras tanto, en “Lights On”, cuando parece que la artista está hablando sobre tener sexo con las luces prendidas, en realidad está haciendo referencia a la forma en que los humanos le dejan a ciertas personas ver partes terribles de su ser, partes terribles que nadie más ve. El detalle es que en otros cortes como “Two Weeks”, Twigs saca toda su crudeza y dentro de un video en el cual aparece como una Diosa dorada que le da de beber a sus pequeñísimas devotas desde sus dedos, canta sobre deseo y nada más con frases directas y explícitas como “Higher than a motherfucker, dreaming of you as my lover” y “I can fuck you better than her”.
https://www.youtube.com/watch?v=3yDP9MKVhZc
Todopoderosa inmediata de un mundo que desde el inicio la aclamó como parte del Spotify Spotlight y el BBC Sound of 2014, FKA twigs lanza un álbum debut destructor hasta los huesos pero adictivo igual que un tóxico hábito recientemente adquirido. Tahliah Barnett es mucho más que “esa chica del video” y lo deja en claro con una producción que es una muy vívida imagen de un subconsciente tortuoso, oscuro e increíblemente profundo que hasta ahora, había sido subestimado hasta por aquellos que la ayudaron a llegar hasta donde estaba en el reino pop. Como predice FKA twigs, las cámaras nunca son suficiente y eso es simplemente consecuencia de un deseo/instinto humano: “The cameras on you, ain’t that enough? You’re looking for the all ‘round good love. So nothing’s gonna get in your way. You’re gonna get yourself broke one day”. Y aunque corra el riesgo de romperse en pedazos en el proceso, el resultado del imponente LP1 y de lo que sea que decida hacer Twigs después, habrá valido completamente la pena.
El disco físico del extracto lo pueden encontrar en la Roma Records, que se encuentra en Álvaro Obregón 200, Colonia Roma. Para más información visiten su sitio web: laromarecords.com