Lorrelle Meets the Obsolete se adentra en terrenos inexplorados con ‘De Facto’
Lorelle Meets The Obsolete le da la bienvenida al 2019 con un álbum oscuro y misterioso. Se trata de De Facto, su material más experimental y clavado hasta la fecha. Si bien tiene sus raíces en el shoegaze, se deriva hacia nuevos sonidos inexplorados que se debrayan hasta la psicodelia y el kraut. Es menos “bonito”, menos ensoñador y más pesadillesco, pesado e incluso no tan digerible.
La banda de Guadalajara le demuestra a todo el mundo que en México no solo se produce música de tonos folklóricos e inocentes. Amparados por Sonic Cathedral, aparece en el panorama esta pieza dirigida a gente con un oído que soporte la manera en la que De Facto traspasa las barreras de lo comercial y lo fácil de escuchar.
El álbum abre con “Ana”, una canción con la que el misterio del álbum se empieza a desenvolver poco a poco, arrastrándonos a una espiral de sonidos macabros. Si se representara esta canción visualmente, seguro sería en blanco y negro o producto de una visión digna de la mente de Lynch. Los beats repetitivos nos remontan también a la mítica escena de la fiesta de El Demonio Neón. Le sigue “Líneas en Hojas”, quizás su canción más brillante y feliz; su luz alumbra al álbum completo, siendo de las más frescas canciones en todo el tracklist.
A lo largo del álbum nos topamos con las vocales etéreas de Lorena Quintanilla, quien nos sorprende con su voz mística, parecida en intensidad a la de Juana Molina. En la parte musical, las guitarras se deslizan hacia la distorsión y a través de diferentes capas de sonido crean una atmósfera única que explora diferentes géneros.
No sería sensato catalogar el disco como uno de shoegaze pues tiene muchas aristas y se aleja de la taxonomía musical para ser completamente exploratorio. Tiene elementos kraut, psicodélicos, industrial y muchas otras influencias.
“El Derrumbe” es la antesala de la última canción del disco. El título de esta canción delata su propia atmósfera, un cavernoso remolino de sonidos, como el de una orquesta que está afinando antes de empezar a tocar y que poco a poco se distorsiona hacia un caos.
Detrás de la cortina nebulosa que es “El Derrumbe”, se erige “La Maga” como el final triunfante de De Facto. Con una batería motorik, marca el ritmo de uno de los álbumes más intrigantes del inicios del 2019. Nos recuerda la amplitud de mente de Lorelle y su forma de fundirse hacia nuevos territorios musicales.
“Misterio y fe”, dos palabras que resuenan y rebotan en el fondo de nuestro cráneo, mientras el ritmo krautrockero nos engulle junto con unos riffs de guitarra que aligeran la canción. Poco a poco, nos drifteamos hacia un mar de sonidos durante los últimos dos minutos, dos minutos que nos dejan pensando, anonadados y tratando de digerir lo que acabamos de experimentar.