Lo de Jowell & Randy tiene nombre
La información es un gran escudo contra el abuso y la violencia. El reggaetón, así como otros géneros, crecieron ejerciendo prácticas machistas y, en pleno 2022, habiendo tantos estudios, dejarla pasar o ignorarla es solapar y ¡no más!
El festival Flow Fest estuvo lleno de momentos agridulces para las mujeres. Y es que, a pesar de que el género urbano ha crecido lleno de estigmas de que “es machista” o “violento” la realidad es que desde hace un tiempo se ha estado trabajando para que esta idea se derrumbe.
Pero, como todo, el proceso para cambiar no es lineal y el festival de reggaetón tuvo muchas situaciones para cuestionar.
Lo primero que llamó la atención fue la diferenciación en los espacios que le dieron a los hombres y los espacios que le dieron a las mujeres. Teniendo ellos los escenarios más grandes y con horarios estelares.
Por otro lado, la actitud del público masculino hacia las mujeres. A Bad Gyal y Cazzu les gritaban que se quitaran la ropa y demás insultos. Incluso, Cazzu tomó un momento de su show para defenderse y pedir respeto.
Pero, la epítome de lo que aquí estamos exponiendo fue durante el show de Jowell & Randy. Cuando el par de puertorriqueños subieron mujeres al escenario para exigirles que se quitaron la blusa y después de eso, transgredir a dos físicamente al, sin antes preguntarles, restregar la cara de uno y los labios de otro en los pechos de algunas de las mujeres.
Esta “práctica” era común en las fiestas de reggaetón de hace unos años. Los animadores subían a chicas a bailar, les pedían que se quitaran la ropa y demás situaciones que, claro, podríamos seguir normalizando pero aquí exponemos unos puntos por los cuales demandar algo así, en un lugar así, es delito. Y claro, está muy mal.
La primera situación para comentar es “el consentimiento”... Y es que, el 70% de las mujeres mexicanas de 15 años o más ha sufrido al menos un incidente de violencia durante su vida, según la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares de 2021, del INEGI.
El consentimiento para un acto sexual –como que te pidan que te desnudes para después tocarte los senos– debe ser otorgado sin presiones, ni forzar, ni amenazar. O sea, no arriba de un escenario frente a miles y miles de personas.
Además, debe ser con convencimiento, dado libremente e informado. Si no es así, no hubo consentimiento.
Lo que Jowell & Randy ejercieron con las mujeres en el escenario es abuso sexual. En tanto que: Artículo 260: Comete el delito de abuso sexual quien ejecute en una persona, sin su consentimiento, o la obligue a ejecutar para sí o en otra persona, actos sexuales sin el propósito de llegar a la cópula.
Por otro lado, el par de cantantes puertorriqueños pusieron a las mujeres en una extrema situación de vulnerabilidad para que sean víctimas de delitos que van en contra de su intimidad sexual como: grabarlas y difundirlas en internet.
Eso es otro tipo de violencia ejercida hacía ellas: violencia digital y en la CDMX ya está tipificado también en el Código Federal.
El consentimiento y el respeto a la intimidad son dos cuestiones muy básicas para romper con la violencia de género y los abusos en la sexualidad de la mujer.
Que estas situaciones hayan sido normalizadas en años anteriores no quiere decir que ahora tengamos que aceptar y aplaudirlas.
Exijamos shows de mayor calidad, respeto al trabajo de las mujeres y una consciencia plena de lo que es consenso y abuso. La industria del reggaetón, así como la industria musical en general necesita agarrar la onda de que las mujeres no somos objetos de consumo que pueden utilizar a su beneficio y autoridad.
*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad de quien la emite y no representan, necesariamente, la postura institucional de Ibero 90.9 ni de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.