'Lightning round': coplas agridulces para corazones semi-rotos
Podríamos definir la fórmula de una canción de Bad Bad Hats así: una melodía discreta y pegajosa, percusiones que se antojan como aplausos, la voz dulce de su vocalista Kerry Alexander, un toque de nostalgia noventera y los imprescindibles riffs de guitarra que son sello de su estilo. Pasemos todo por un filtro de sintetizadores y tenemos la mezcla ideal de pop de cochera con indie rock y chispas de folk para acompañar nuestras memorias de amores adolescentes.
A tres años de su primer álbum de estudio, Psychic Reader —que los puso en el radar del pop underground—, la agrupación de Minneapolis comenzó a tocar nuevas canciones durante su gira por Norteamérica desde inicios de año, entreteniéndonos en la espera de su nueva producción. Para mayo, finalmente develaron el nombre y arte de su nuevo álbum, Lightning Round, a la par del primer sencillo, “Write It In Your Heart”, epítome de la fusión popera, folksy y sentimental que los caracteriza, con ese toque de añoranza que no llega al lamento.
“Cuando trabajamos en el disco, pensamos un poco en este cliché de que el segundo álbum es donde te pruebas a ti mismo y demuestras quién eres”.
Comentó Kerry durante nuestra charla un par de meses atrás, antes del estreno del disco.
Cuando le pregunté acerca de su decisión de utilizar ilustraciones como portada de sus discos en vez de una imagen de ellos mismos (una luna de grafito para Psychic Reader y ahora, una acuarela de cinco trofeos para Lightining Round), su respuesta me dejó entrever que, en cierta forma, su nueva producción simboliza una apuesta musical para consolidar su estilo y relevancia y demostrar que su creciente éxito no es mera futilidad o fortuna, sino arduo trabajo y compromiso con su arte:
“Me puse a pensar un poco en lo que ser exitoso significa en la industria musical o como artista y cuando era más joven, ser exitoso estaba muy ligado a tener premios y trofeos y cosas por el estilo. Así que usar los trofeos como imagen fue un poco como ese recordatorio para mí de lo que es realmente significativo y que a veces, alcanzar tus sueños o tus metas no siempre es como lo imaginaste”.
“¿Y te sientes exitosa ahora?”, reviré.
“Sí, por supuesto. Pienso que aún hay cosas que queremos hacer, aún tenemos cosas en nuestra lista por cumplir. Pero, personalmente he logrado mucho más de lo que mi yo de 10 años pensaba que conseguiría. Ha sido un viaje increíble y estamos muy agradecidos”.
A dos meses de nuestra entrevista telefónica, Lightning Round ha llegado finalmente a las plataformas digitales y en vinil. Dos días antes del lanzamiento oficial, tuvieron una entrevista con Rolling Stone, donde Kerry aludió a otros hits monumentales como “Habits” de Tove Lo y la multipremiada “Hotline Bling” de Drake como influencias a su labor como liricista, aún cuando el estilo musical de la banda sigue fiel a sus raíces folk-pop.
El flujo de su estilismo musical ha ido de una identidad acústica y orgánica con tintes de bedroom pop de sus inicios, a la experimentación sintética y eléctrica en Psychic Reader del 2015, con reverberaciones y acordes más osados. Lightning Round sin duda se siente y escucha como la culminación de ese viaje creativo y sonoro de seis años desde su primer EP, It Hurts.
"And you never say exactly
what I want you to say
But when I look in your eyes, yeah,
I cannot get past it
Love you automatic"
Automatic, Bad Bad Hats
“Makes Me Nervous” es el opener dinámico y enérgico del LR, como en su momento lo fue “Midway” para Psychic Reader. Quizás el acto más radio friendly del álbum, un acompasado e incesante riff de guitarra sigue la voz de Kerry por una melodía brit-pop, mientras describe las etapas emocionales que cualquiera experimenta al inicio de un amor a punto de convertirse en paroxismo: ansiedad, impaciencia, excitación, lágrimas y carcajadas.
Algo similar sucede con “Get What I Want” y “Girl”, temas que poseen reminiscencias de sus pasados éxitos como “It Hurts” y “Joseph”, pero con una vena más explosiva que recuerda de pronto a la festividad de The Cardigans, a una temprana Kate Nash o hasta Echosmith.
Por su parte, “Talk With Your Hands” oscila entre lo etéreo y lo orgánico, lo melancólico y lo vibrante, lo gris y lo colorido, gracias a un inicio introspectivo que desemboca en un coro potente y entusiasta. Una pista que inevitablemente despierta las ganas de bailar a los raros que nos gusta estirar las piernas al son del indie-pop en la intimidad de nuestro cuarto.
Para “Absolute Worst”, “365” y “Automatic” el trío regresa a sus orígenes con melodías más caseras, consonantes y apacibles. Largos discurrires de amores fallidos y sonatas de medianoche para cantar sentados en la cornisa de la ventana con guitarra en mano. La primera, parece acercarse discretamente a los matices del country; la segunda, se siente como una evocación involuntaria a la dulzura del folk islandés de Of Monsters and Men, cuando la voz de Connor (baterista de la banda) entra sutilmente para acompañar a Kerry.
“Automatic” por su parte es una oda pegajosa y riquísima que se suspende en el punto medio exacto de la tristeza y el gozo por la irremediabilidad de un corazón enamorado e incondicional, con un timbre a la Cranberries en su “Just my imagination”.
Finalmente, las dos joyas del disco que encuentran a los Bad Bad Hats en un camino más experimental dentro de su propio estilo son “1-800” y “Nothing Gets Me High”, cortes cadenciosos, seductores y oscuros que incorporan nuevas texturas e instrumentos a su categórico temperamento. Ambas canciones, radicalmente distintas entre sí, parecen encontrar destellos de nostalgia en los ochenta.
“1-800” posee un sonsonete galante, manso y hedonista para mover los brazos y las caderas con lentitud y provocación. “Nothing Gets Me High” por su lado, es el punto cumbre y medular de Lightning Round. Con ecos de synthpop que nos engullen en sus acordes eléctricos, Kerry entona su antítesis a las canciones que comparan el amor con las drogas.
Una insatisfecha y complaciente Alexander, confiesa su antipatía por un romance que antes la sacudía, pero que ahora la enfría.
"And I would love if you loved me
I wish I was seventeen again
Back when love really moved me
But that was then, yeah"
"Nothing Gets Me High", Bad Bad Hats
A la mitad de la canción, un interludio de guitarra suelta los acordes como si se tratasen de gotas de lluvia o cuerdas dislocadas en medio de un momento lisérgico. Para la coda de la canción, la guitarra regresa sola contra el silencio, dándonos la sensación de que estamos escuchando un ensayo en una cochera de Minneapolis.
Musicalmente, Lightning Round (cuyo título se refiere a la “ronda relámpago” de los juegos de preguntas donde el concursante debe responder tan rápido y tantas trivias como pueda) es testimonio del esmero y el detalle que la agrupación ha procurado a la impecable producción de sus temas. Un disco que complace a su leal y creciente comunidad de fanáticos y que, sin duda, ganará nuevos adeptos para quienes gustan del pop con voces angelicales y letras crudas, sin la sobreproducción y artificialidad del mainstream. Una combinación de 10 canciones que nunca exceden los cuatro minutos de duración y que deambulan por matices de antaño e impresiones modernas, ofreciendo una alternativa veraz de pop emergente, muy en la veta de otros proyectos recientes como Soccer Mommy y MorMor.
En palabras de Kerry Alexander, “hay un dejo de esperanza y alegría [en Lightning Round], aún cuando las canciones sean algo tristes”. Así, la “ronda relámpago” de Bad Bad Hats hace sentir que hemos triunfado en el amor, ya sea por los recuerdos o por cuánto hemos amado, pese a la inclemencia y las despedidas no deseadas.