Un viaje al universo sonoro de Khruangbin en la CDMX
Fotos: Victor Lara
Una noche inolvidable donde la psicodelia invade nuestros cuerpos, sin ninguna pausa de seguir bailando al ritmo de la música otorgada por este trío originario desde Texas.
Un espectáculo que comenzó por la apertura con el talento puertoriqueño Pachymann que con ritmos caribeños y raíces africanas fue calentando y preparando al público para lo que se aproximaba.
Khruangbin se reconoce por tener un espectáculo en vivo donde conecta con cada escucha, manteniéndolos y manteniéndolas en un viaje sonoro, colectivo e introspectivo. Sus canciones tienden a tener espacios para la improvisación, y ser capaces de experimentar con su creatividad y el momento de la noche.
Laura Lee, quien se encargó de dar ese ritmo base de dub con funk, tuvo una gran habilidad de compartir con el público su sentir a través de los ritmos que exploraba. Mark Speer, quien junto con su guitarra seguía ritmos americanos, con tintes de surf rock e instrumental, encontró la armonía perfecta para una fusión de distintos géneros musicales. Mientras que Donald “DJ” Johnson llevó las percusiones perfectas y constantes.
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Teniendo una especie de mashups con covers como “Wicked Game” de Chris Isaak, encontraron esa combinación perfecta para tomar una salida e introducir sus creaciones originales. Llevando ritmos altos y bajos, el público fue guiado entre la calma y la agitación, para seguir bailando al ritmo de estos jams.
Quizá lo mejor para cada persona que se encontraba ahí fue la conexión e intercambio de energías sin importar si su lugar fuese en el escenario o en la pista de baile. Una euforia colectiva alcanzó un nivel de satisfacción y gratitud por una noche de música de unos chicos que detrás de sus pelucas solo buscaron compartir su creatividad y talento con el mundo.
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