Podría ser un día cualquiera en el que encontráramos alguna repetición vintage del canal de comedia del siglo pasado, y nos topáramos con algún programa de humor vegano. Cuya pureza de lenguaje contrasta con el exceso de vulgaridad de los cómicos de hoy. En la pantalla: un flaco, dientón y narizón, acompañado de algunos otros locos que nos llama la atención con una hilaridad y finura que provoca risas a nuestros mayores y también nos saca una sonrisa. Tal vez el nombre de Héctor Lechuga sea un eco lejano de las generaciones pasadas, pero su sátira política y su humor en radio, televisión y algunas veces en cine, eran un mal necesario incómodo para los círculos de poder y un placebo transgresor para el pueblo que lo aplaudían por igual. https://www.youtube.com/watch?v=vgE6wjuL8TI
Nacido a los pies del Cerro del Borrego de Orizaba, Veracruz, en la primavera de 1927, con el nombre de Héctor Octavio Lechuga Rojas, en el 62 comenzó su carrera en los medios en la pantalla chica en Chucherías al lado del Chucho Salinas, uno de sus grandes socios de toda la vida. En este programa el protagonista era la crítica social y la involuntaria carcajada que suelen dejarnos los políticos por no hacernos llorar.
Pero sería más recordado por su participación a principio de la década de los setenta en el programa Ensalada de Locos, con grandes sketches al lado de Manuel “El Loco” Valdez y Alejandro Suárez, y personajes memorables como “El Babotas”, “El Ceniniciento” y “Andrea” de “las Hermanitas Mibanco”, que se la pasaba dando pellizquitos al “Loco” Valdez. De esta época contaba sus anécdotas en Los Pinos, donde los presidentes de aquella década los invitaban a divertirlos a sus anchas y sin ningún empacho, para reír con su sutil crítica y sus chistes. De hecho, declaraba con sorna que si los presidentes de ahora se dejaran querer por el humor, el país sería diferente y que él estaba dispuesto al sacrificio de hacerle cosquillas a cualquier mandatario por el bien de la nación.
https://www.youtube.com/watch?v=6SWLeQoj_hE
En los ochenta hizo junto a Chucho Salinas Cotorreando la noticia, transmitido por Imevision, canal 13, del cual se cuenta que el mismísimo Manuel Bartlett Díaz, Secretario de Gobernación en el sexenio de Miguel de la Madrid, un día les comunico que el programa dejaría de continuar en la televisora, que en ese entonces era propiedad del Estado.
En los noventa, apareció brevemente en los inicios de Tv Azteca en Barriendo la noticia, pero donde halló su guarida fue en las ondas hertzianas junto a su inseparable Chucho Salinas en Radio AI con el programa Ensalada de Lechuga con la incomparable compañía de Ángel Fernández en los deportes. Para en sus últimos años participó en Todos a la Una, Todos a la Grilla de ABC Radio y para la televisión veracruzana seguía Cotorreando la noticia aunque fuera por su cuenta.
https://www.youtube.com/watch?v=jBuM0aoWhn4
En el cine no tuvo tantos reflectores, se le recuerda por participaciones en El tigre negro de 1965 y diez años después con Las fuerzas vivas, esta última recomendada ampliamente por el monero tapatío JIS, sin olvidar su grandiosamente divertida sátira-utopía-social-mexicana plasmada en México 2000 junto a Chucho Salinas en 1983.
Sin perder el buen ánimo y las ganas que lo caracterizaban, Héctor Lechuga murió tranquilo en su domicilio de la colonia Florida un día trece, que cayó jueves de este mes de julio a los noventa años, dejando una estela de relajo y critica a “los grandes grillos” en un México en el que la libertad de expresión estaba sesgada y solo a través del disfraz de la carcajada se permitía su profundo análisis. Un personaje obligado a la hora de hablar de la historia de la comedia en nuestro país, un loop de aquel huevazo en el ojo que le asesta Alejandro Suárez en el jam del intro de Ensalada de Locos y un latiguillo eterno en nuestro diccionario de a pie: ¡Chupale Pichón!
Así era Héctor Lechuga.
https://www.youtube.com/watch?v=0Uunqk4QzxE