Cuco engolosinará el Ceremonia como algodón de azúcar

Cuco engolosinará el Ceremonia como algodón de azúcar

Foto por Jerry Rangel

El show business musical hipermoderno es salvaje, exige novedad y productos, en su mayoría, efímeros. Lo que hoy marca la pauta y se erige como lo trendy, el día de la mañana pasará sin pena ni gloria al ostracismo, miles de artistas nacen, crecen y engrosan las filas del olvido en esta despiadada dinámica del capitalismo tardío.

A pesar del desolador panorama, diversos actos trascendentes y de buena hechura surgen como flores epifánicas sobre el despiadado asfalto del mainstream sonoro, ejemplo de lo anterior podrían ser Natasha “Tash” Sultana y Dua Lipa (ambas de 22 años), o Karly Loaiza, alias Kali Uchis, incluso la intempestiva Belcalis Almanza, a.k.a. Cardi B (de 24 y 25 años, respectivamente). Es en este ecosistema sónico de gran calado que nacen figuras como Clairo (tan sólo de 20 años) y uno de los actos más interesantes de la eucaristía musical conocida masivamente como Ceremonia, nos referimos a Omar Banos, mejor conocido con el mote de Cuco (19 primaveras en este valle de lágrimas). 

Su herencia mexicana es evidente, a pesar de haber crecido y hecho vida en Los Ángeles, California, babélica ciudad con una de las mayores tasas de población mexa, cerca de 4.4 millones de habitantes. Chicano de pura cepa, este morro no se desentiende de sus raíces y a la hora de tirar sus melosos cantos mezcla, indiferentemente, el español con el inglés (el resultado es un spanglish coquetón como en su momento lo hizo el gran Nat “King” Cole). Entre su bagaje musical están los géneros: el ranchero, las baladas, el pop, el low-fi, vaporwave y pizcas de psicodelia con aires jazzy y dreampop. 

Como muchos niños que crecieron en un hogar de migrantes, Cuco (llamado así por su locuacidad temprana, su madre decía que estaba safado del cu-cu) mamó la miel que se derramaba en el nido familiar, en el soundtrack de su infancia suenan: Los Panchos, Los Dandys y el inefable Juan Gabriel, clásicos del cancionero mexicano promedio; no obstante, también recuerda a su padre escuchar a Los Hombres G, Inspector, INXS o New Order. En una entrevista señaló lo siguiente:

También crecí en una época donde el rap era muy popular, entonces me acostumbré mucho a escuchar música como T Pain, Lil Wayne, tuve muchísimas influencias que me traían un amor a la música, no fue un sólo género, fueron varios.

Hijo del devenir de nuestro tiempo, Omar es polifacético, no se engancha con ningún movimiento o se adscribe con algún género, lo suyo es la apertura, experimentación y gusto genuino por lo que escucha, consume y, posteriormente, procesa para su acervo personal. A pesar de su juventud, el novel músico cuenta en su haber con dos placas: Wannabewithu (2016) y Songs4u (2017), ambas producidas de manera independiente.

Su proceso creativo es como el de miles, tal vez millones, de efebos alrededor del globo: a puerta cerrada en su habitación, experimentando una y otra vez hasta quedar satisfecho con la base rítmica y después procede a agregar las voces y demás arreglos, todo con unos cuantos sintetizadores, una portátil y un par de programas de audio. Del TDA a la creatividad desbordada, dicen, hay un paso.

El éxito llegó a la vida de Banos cuando lanzó su single “Lo que siento”, de golpe, como si se tratará de la piedra filosofal o la fórmula del éxito, sonaba por muchísimas partes, su track comenzó a viralizarse y a recibir tributos a modo de fanmades (vídeos con animaciones de Los Simpsons o Un Show más, incluso con la estética retro del vaporwave). 

“Lo que siento” es como comer un algodón de azúcar junto a tu pareja en una tarde primaveral y llena de los matices violáceos de las jacarandas reflejadas al sol. Pop de calidad, generoso y honesto.

Sus composiciones rebosan de calidez, un poco de ingenuidad e inocencia (la que produce el primer amor o los desamores de verano). Atmósferas de terciopelo con sabor a chicle de tutti frutti o a helado veraniego napolitano. Indudablemente, muchos enamorados estarán paladeando el embriagante y lascivo néctar que fluye en muchas de las composiciones del buen Cuco.

La primavera se ve enriquecida, sonorizada con las tonadas policromáticas de Omar y su séquito de músicos de apoyo (a la vez amigos y cómplices). “Lo que siento” fue la mecha que prendió y detonó una explosión de fuegos artificiales. “Cupid's Quiver” es un emotivo lamento lanzado hacia el ser amado ausente.

Amor de siempre” es una hipnótica balada que lo mismo recuerda a Leo Dan que evoca a los viajes instrumentales lisérgicos de Kevin Parker

Cuco es un amasijo de influencias, un afortunado accidente producto del choque de culturas y la simbiosis de visiones de vida distintas pero complementarias. “Lover is a day” es un trip low-fi con toques de lo mejor de Tame Impala

Capaz de re-versionar clásicos de de la talla del bolero “Piel Canela”, sencillo interpretado hace algunos ayeres por voces tan insignes como Los Panchos o Bobby Capó con la Sonora Matancera.

La lista de éxitos de Omar Banos suma cada vez más y más, así como su paso por los mejores festivales, tales como Coachella y Ceremonia, ambos en abril de 2018. La nación del nopal lo espera para desgañitarse con “Melting”, obviamente con “Lo que siento” y su nuevo sencillo (preámbulo de su nueva producción) “Sunnyside”. Cuco representa un fenómeno viral y mediático benigno, no todo es basura en estos tiempos de incesante y ávida inmediatez.

Como dato adicional, la talentosa y bella Clairo lanzó recientemente el vídeo oficial de su éxito “Flaming Hot Cheetos”, producción audiovisual donde aparece el buen Cuco. ¡Imperdible!


Encuentra a Aarón Ávila en Twitter como @chicledeletras.

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