Brazuquita, la lluvia no te puede frenar

 La lluvia no paraba pero en estos viajes, eso no te puede frenar. Por lo mismo decidimos salir a conocer un poco de lo que nos faltaba. Brazuquita y yo caminamos entre la gente triste y la lluvia que pintaba la imagen. Gota tras gota nos fuimos dando cuenta que el Mundial se había terminado. Que los treinta días que pasaron con futbol de por medio, ya no regresarán.

De camino a la estación de metro más cercana reflexionábamos eso. Solos y con un clima tan poco accesible, que era imposible rondar entre mil recuerdos de estas ciudades.

La estación General Osorio fue el punto de inicio y final. Por ahí comenzamos la travesía de cara al Centro Histórico. Nos bajamos en la estación Uruguaiana y comenzamos a caminar. Entre hermosos edificios y grandes avenidas con árboles gigantes reconocimos los principales lugares que no podíamos perdernos. Iglesias en cada esquina con gran historia cada una. Explanadas y parques centrales. El único problema, la lluvia no paraba.

Por ello decidimos entrar a la Casa del Banco se Brasil donde justamente había una exposición de Salvador Dalí.

La recorrimos y terminamos en la librería donde más de un recuerdo se nos pegó.

Luego seguimos caminando y entre la Biblioteca Nacional, el Museo Nacional de las Bellas Artes, el Teatro Municipal y el Congreso de Río de Janeiro, nos sentamos en un banca a observar un poco. Lo único que se podía conocer era al teatro y la biblioteca pero fue imposible. Estaba lleno de turistas y las filas rodeaban el lugar. Nosotros, con nuestra chamarra de Argentina, seguimos caminando entre la gente y la lluvia, con una mirada densa sobre nosotros.

Llegamos a la catedral y caminamos dentro de ella. Es un edificio interesante pero que la verdad, no termina por gustarme. A un lado, está la zona más especial para salir de noche. De día y con lluvia, vale la pena conocerlo pero no es un gran lugar. Una explanada de tamaño especial cubre los Arcos de Lapa. Textual como si fueran los arcos del acueducto de Morelia, algo por el estilo pero lo de México es mucho mejor.

La lluvia nos obligó a refugiarnos para convivir con el equipo de trabajo y previo al programa platicar sobre nuestras experiencias y con lo que nos quedamos de esto. De esta Copa del Mundo.

Pero aún falta lo mejor, la gran final que se jugará con el balón, que ya pudimos conocer. El Brazuca de la Final está tatuado y está listo.

fotofirma-JJ-300x65

Brazuquita, Adiós al aire

Entre Paréntesis 9 de julio de 2014