50 años de 'Led Zeppelin II', álbum que acabó con los fantasmas de Yardbirds
Octubre 22, 1969, tan sólo nueve meses después de su primer disco de estudio, Led Zeppelin nos entregaba una joya que con el paso del tiempo se convertiría en un ícono de la historia del rock, Led Zeppelin II. Este álbum fue escrito durante las giras de la banda en Europa y Norteamérica entre los meses de enero y agosto de 1969, logrando un producto que acabaría por completo con los fantasmas de los Yardbirds, quienes merodearon a su disco predecesor. Jimmy Page, procedente de los Yardbirds, había formado Led Zeppelin con una intención musical innovadora y diferente.
Nueve temas componen esta obra maestra, de las cuales mencionaremos tres.
El disco inicia con “Whole Lotta Love”, para muchos la más emblemática de la obra, con un riff monumental, víctima de la complicidad de Jimmy Page y su guitarra Les Paul Sunburst 1958, que hasta nuestros días continúa siendo un riff venerado por las nuevas generaciones rockeras.
Bajando un poco los decibeles nos topamos con “Thank You”, escrita por Robert Plant y Jimmy Page, una balada que desnuda el sentimentalismo de Plant con dedicatoria incluida a su entonces esposa, y donde John Paul Jones no podía quedarse atrás, levantando la mano para deleitarnos con sus teclados, un órgano Hammond típico del sonido de la época.
La penúltima pieza del disco (y no menos importante) es una joya, se trata de “Moby Dick”, una pieza instrumental donde el virtuosismo de John Bonham retaría al mundo. No contento con el resultado del disco, Bonzo (como lo llamaban sus amigos) presentaba esta pieza en los conciertos en vivo, con una duración que iba desde los seis y hasta los 30 minutos, tiempo en que el resto de la banda aprovechaba para salir del escenario, convencidos de que Bonham hipnotizaría a las masas.
Led Zeppelin II reclamó su puesto entre los mejores álbumes de todos los tiempos. Ha vendido más de 14 millones de copias, remasterizado en junio de 2014. 50 años después celebramos el talento de los cuatro virtuosos.
Cerremos los ojos y disfrutemos esta obra de arte, mientras tanto el Zeppelín sigue volando…
