Sobre “An Archeology of Silence” de Kehinde Wiley
Un paseo silencioso por las salas del Muso de Bellas Artes de Houston se convirtió en ruido mental, lluvia de ideas, ranteo, y una inminente necesidad de compartir—en voz alta— lo que Kehinde Wiley llama “Una Arqueología del Silencio”.
An Archeology of Silence es una exposición que grita muy fuerte. Kehinde Wiley creó un conjunto de piezas inspiradas en hechos mediáticos de la brutalidad policiaca en Estados Unidos (como lo fue el asesinato de George Floyd y la ola de protestas que desató), y en hechos cotidianos, injusticia y muerte que pasa en silencio mientras el mundo observa y olvida. Wiley es un retratista basado en Nueva York, y cuenta que mover su exposición al Museum of Fine Arts (MFA) en Houston y presentarlo a espectadores diversos, le ayudó a resignificar su propio mensaje.
El tóxico silencio colectivo, según Kehinde, puede explicarse a través de varios formatos, como retratos coloridos tamaño banner comercial que hacen referencia a la publicidad que ocupa los espacios más importantes y visibles del mundo, esculturas sencillas de amigos de Wiley en posición de vulnerabilidad ante el poder (inspiradas en corrientes artísticas europeas antiguas), y otros imponentes monumentos que ocupan salas enteras de exposición como su reinterpretación de la obra The Dead Christ in the Tomb original de Hans Holbein. Lo que el artista hace con estas reinterpretaciones artísticas es ocupar lugares que históricamente han sido reservados para Dios y la blanquitud con personas negras, como reclamo ante un discurso de poder que ha abarcado el espectro artístico a través de la historia.
An Archeology of Silence es una crítica poderosa al silencio colectivo que perpetúa el dolor, la impotencia y la injusticia, y una invitación a contemplar y escuchar con atención, no solo cuando la lucha se vuelve evidente o de coyuntura, sino en la cotidianidad.