A propósito de DIIV: Frog In Boiling Water [Extracto 90.9]
El mundo moderno comenzó el día que alguien inventó el sandwich. No he sabido de ningún historiador con el atrevimiento de indicar la fecha exacta en la que la humanidad cruzó el umbral de la modernidad. Se esconden en teorías, factores a considerar y en un supuesto método que reduce la incertidumbre. En los días en los que tengo hambre y el mal humor que la acompaña, diría que simplemente son cobardes. ¿Alguien me puede recomendar un buen sándwich en esta parte de la ciudad?
Lo que quiero decir, pues, es que el epítome de la practicidad culinaria nos acompaña en sus extremos como el único alivio al estómago en medio de la aceleración, el alto costo de vivir, la insensibilidad y aun así está concebido para hacer las cosas aun mas rapidas. Algo que va entre dos panes, un par de mordidas, y de vuelta a la vorágine.
Para DIIV, no es necesariamente relevante el cómo o por qué llegamos, más bien que estamos inmersos en el capitalismo tardío. Mientras algunos postulan que la depresión es una constante inherente al ser humano, DIIV culpa al sistema económico que rige el mundo en el que vivimos. Frog In Boiling Water es un sándwich sonoro compuesto por 10 canciones: unas ancas de rana contenidas entre dos panes.
Es la metáfora de la rana hervida que no se da cuenta de que su entorno se vuelve gradualmente más nocivo hasta el punto en que ni siquiera percatarse del daño la salva de su fatídico destino. La imagen funciona en bastantes niveles; en el sonoro con suaves canciones que crujen y ebullen armoniosamente, rodeando los sentimientos en un cálido baño que no da cuenta de las quemaduras que causó, hasta que se desvanece la última nota. En el terreno político funciona también porque es muy sencillo intercambiar el agua con la sociedad y la rana con los individuos que se adaptan a un destino sobre el cual no tienen control. Por si no fuera evidente, la banda precedió el disco con un sitio web repleto de frases, imágenes y símbolos que bien como se estima al inicio requiere un mínimo de una a 10 horas de contemplación mental para absorber lo que se puede leer en 10 minutos.
El scroll interminable de https://soul-net.co/ es acompañado de una canción que empieza con ruidos y voces que, en conjunto con la iconografía iniciática, produce un escalofrío si es que la luminosidad en el ambiente es débil. La página tiene mil frases dignas de ser citadas, pero el final sería ideal para crear un culto antisistema de no ser porque es un párrafo tan simple y bello como abstracto: “Trust no one. Love yourself and love your neighbor. Turn from the light, embrace the darkness. Find your own light. You are now nothing.” Junto con un “gracias por visitar mi página” y un acceso a dropbox con las pistas individuales del jam casero que produjo la canción homónima al sitio web que musicaliza, además de ser la penúltima en el tracklist del álbum.
La primera vez que arrestaron a un amigo fue por llevar dos latones de cerveza en la mochila. Dos policías lo subieron a su patrulla y le quitaron los valiosos doscientos pesos que llenaban su cartera y los aún más valiosos latones que trató de esconder sin éxito. Los días que siguieron al encuentro policial se pueden resumir en rants intensos y desmedidos en contra del sistema capitalista opresivo que no permite que unos cuantos menores de edad se intoxiquen en vía pública, llenando el vacío con lo que interpretan como cool después de ver skins. Usted nos disculpará. Éramos jóvenes. Lo seguimos siendo.
A diferencia de lo que algunos medios y reseñas del álbum interpretan, este tipo de anécdotas no son las que inspiran un discurso como el que DIIV plasma en sus letras, y si es el caso, no es la lectura final que se percibe en este disco. La música no puede seguir interpretándose bajo la sucesión problemas-sustancias-rehab-reflexión-commie-inspiración = canción. Lo rasposo de las guitarras se balancea en cadencias apesadumbradas pero se contrasta de nuevo con melodías de piano que estrujan el corazón y masajean la tristeza, símil con las letras que a pesar de denotar lo insoportable y cíclico, atisban con esperanza la oportunidad de emancipación.
Frog In Boiling Water, está perfectamente diseñado para maridar un lento baile a ojos cerrados con las chispas de estática entre los calcetines y la alfombra. Para sentirse como una bolsa de papel café rodando, rasgándose y flotando en una caótica ciudad. Para mirarse un semi reflejo del rostro en la ventana del transporte público o para reflexionar sobre las causas materiales y culinarias del capitalismo con un sándwich al costado del teclado mientras se escribe una reseña musical. Sea como sea, el más reciente material de DIIV le habla a lo sensible e invita a mirar hacia arriba el borde de la olla de la que escapa el vapor de nuestra propia cocción, en esta sopa anfibia que llamamos existencia. Y si es que después de escucharlo no sentimos la menor emoción, lamento informar que no hay más que hacer, el destino fatal de la insensibilidad nos ha alcanzado sin remedio.
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