#XVFICM Día 8: Un cuadrado y un buen rato

Nuestro último día de FICM nos preparó dos películas. Tras una semana de ver 37 películas, las últimas dos fueron un grato cierre al mejor festival de cine en México.

The Square

La fragilidad del comportamiento humano a cuadro. La última película de Ruben Östlund posee un ojo quirúrgico para retratar las relaciones (generalmente sociales) y la delgada línea con un comportamiento que puede salir de lo normal en cualquier segundo. El largometraje es una bomba de tiempo. Cada escena que transcurre cuenta con una particularidad: la cámara no se mueve y toda la acción entra a cuadro cuando se necesita.

Östlund conoce a los demonios más íntimos del hombre y no es la primera vez que lo hace, recordamos su película Force Majeure (2014) que también lleva las emociones a primer plano. Las actuaciones se encuentran a la altura del film. Claes Bang personifica a un curador de un museo cuya vida se ve lenta y constantemente agraviada por los límites del arte conceptual.

En el museo cada día es un reto. Cada obra debe impresionar más y, con ello, las consecuencias que conlleva. Terry Notary es uno de los eslabones más increíbles del largometraje. A través de un hombre con síndrome de Tourette, una periodista sumisa y un pequeño niño indignado con una mentira, nos lleva a conocer uno de los miedos más arraigados en la sociedad: el prójimo.

Sin lugar a duda The Square (2017) demuestra por que fue seleccionada para la Palma de Oro en el festival de Cannes y ha sido una de las joyas más memorables en Morelia. Imprescindible.

https://www.youtube.com/watch?v=zKDPrpJEGBY

Good Time

Good Time es la prueba de que la nostalgia está de moda. Los hermanos Safdie saben hacer cine y, más aún, saben venderlo de forma espléndida. Su película anterior, Heaven Knows What es un retrato de una prostituta sin pelos en la lengua, con uso de drogas desmedido y una calidad de vida más bien deplorable. Good Time continúa en este discurso violento de los bajos mundos. Su nuevo filme es un relato moderno cargado de nostalgia: música synthwave ochentera, colores extremadamente saturados y una genial alusión a Martin Scorsese.

Esta es la historia de un robo de banco en Nueva York que no sale exactamente bien, y Connie debe sacar a su hermano de la cárcel esa noche. Ninguno de los dos es muy inteligente para la vida o para el crimen, y Connie está dispuesto a aplastar a quien sea por alcanzar sus fines.

Narrado en una sola noche (muy al estilo de After Hours de Scorsese), Good Time es un relato de criminales mezquinos y fuertes emociones. La película no suelta al espectador desde la primera escena y más bien va aumentando la adrenalina cada segundo. El score compuesto por Daniel Lopatin (mejor conocido como Oneohtrix Point Never), contiene extremas ánimas ochenteras al estilo Stranger Things y es el corazón que bombea la sangre del largometraje.

Good Time es una película como ya se ha visto muchas. No obstante, tiene cosas muy rescatables: la actuación de Robert Pattinson es impresionante, así como la del resto del elenco; la música es impresionante y la tensión que genera es extremadamente intensa. Good Time no descubre nada, pero lo deja a uno con mucho.

https://www.youtube.com/watch?v=upsR80YmwWc

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