'Ultra Mono’, o cómo emprender una lucha social desde tu interior.
Sobre la mesa hay un monolito. Está hecho de roble. Es una pieza extraña. Parece una batería destartalada. Pero no cualquier batería. Algo hay en la pieza que te indica que es algo único. Irrepetible. Algo que se sale de las convencionalidades, de lo cotidiano. Algo que expresa identidad.
Idles es una banda de la ciudad de Bristol en el Reino Unido que desde hace varios años se ha colocado como la banda punk por excelencia de esta nueva era. Aunque —como buenos punks— no aceptan las etiquetas. Escucharlos causa sensaciones que se podrían remontar a la primera vez que alguna canción logró meterse en tu inconsciente e hizo que te levantaras de tu cama a defender una causa, tocar un instrumento, pintar un cuadro, tatuar, o lo que sea que te identifique como individuo.
La batalla de Idles incluye críticas a supuestos líderes, al machismo, la monarquía o el racismo. Sin embargo, los británicos no solo se quedan en lo que podría describir a cualquier banda de punk, pues el nivel de conexión que logran establecer con la crudeza, el carisma único de cada uno de sus integrantes y el mensaje que transmiten, hacen que se convierta en algo personal. Idles procura el bienestar de todos los que nos identificamos con su música, pues nos motiva a luchar contra la sociedad siendo felices y encontrando nuestro lugar en el mundo, aunque esto a veces rebase los parámetros sociales establecidos.
Tras haber descrito el vínculo casi afectivo que existe entre Idles y los que simpatizamos con ellos, es muy claro que esta banda tiene una razón de ser, algo que ya habíamos escuchado cuando presentaron su obra maestra anterior Joy as an Act of Resistance (2018, Partisan Records). Este álbum funge como un manifiesto sobre lo que es y representa Idles, sin duda un enorme antecesor del recientemente estrenado y apunto de convertirse en uno de los “Number One” del “UK Albums Chart” Ultra Mono (2020, Partisan Records). No es que el hecho de que vayan a ser el disco más vendido del Reino Unido en su semana de estreno les vaya a dar más “prestigio” o “credibilidad”, simplemente da gusto ver que un disco como este puede sobresalir dentro de una actualidad dominada por otro tipo de sonidos populares.
Al dejar en claro su manifiesto con el disco anterior, ahora Ultra Mono es una invitación a tomar armas y levantarse a luchar por esos principios, una pelea que se ha vuelto cada vez más difícil, pero que podemos hacer frente desde nuestro interior y ganarla de a poco. Se trata de un combo de brutalidad y una explosión de emociones repartido en doce canciones
Recién se pone play a “War”, la primera canción del Ultra Mono, esta nos remite al punto más explosivo de su disco anterior. Para la parte vocal Joe Talbot utiliza una serie onomatopeyas referentes a la crueldad de la guerra, mientras que los instrumentos se vuelven locos al unísono, casi representando la velocidad de un bombardeo y lo salvaje de una explosión en tiempos de guerra. La contienda social continúa con “Grounds”, un tema en el que por primera vez en el álbum podemos ver una crítica directa. En este caso la pedrada va al diario sensacionalista británico The Sun, que se caracteriza por ser nacionalista y apoyar al Brexit, "You won't catch me staring at the Sun", dice Joe Talbot mientras es acompañado por un ritmo menos acelerado que su predecesora, pero con todo lo necesario para hacer que cualquiera se mueva. El efecto de agudos casi espaciales de la guitarra de Mark Bowen y la dinámica que adopta con la de Lee Kiernan, hace de esta canción una de las que más sobresalen de este Ultra Mono.
Con los primeros dos tracks nos adentramos en la parte de la crítica social que Idles ha traído consigo desde siempre. Ahora con “Mr Motivator”, “Anxiety” y “Kill Them with Kindness” es como le damos bienvenida al conflicto interno que todos podemos tener en este momento. “Mr Motivator” es lo primero que conocimos de este Ultra Mono con un ritmo idóneo para hacer ejercicio. Ahora la batería de Jon Beavis es la que pone ese carácter motivacional que se refuerza con la frase “It's all about the confidence”. La canción busca que tengamos un punto de desahogo y que no nos dejemos vencer por los problemas mentales que nos ha traído consigo el año 2020. “Anxiety”, por otro lado, habla de una historia de desamor causada por la ansiedad de ver la situación mundial actual, una canción punk, que saca a relucir los ya clásicos gritos que Adam Devonshire dió en primer material de larga duración de Idles, Brutalism (2017, Partisan Records).
Encontramos un pequeño descanso de la atrocidad en el intro con el piano de “Kill Them with Kindness”—hecho por un tal “Jamie Cullum”, aunque lo pudo haber hecho cualquier pianista igual—. Una vez que termina el piano, los británicos regresan al estilo sanguinario para compartirnos nuevamente un mensaje en el que nuestra felicidad y amor propio nos ayuda a encontrar sentido a nuestra vida, aunque tengamos que romper los muros construidos por las élites para lograrlo.
Ya habíamos visto en “Grounds” que Joe Talbot y compañía están en contra del nacionalismo absurdo, algo que se repite para “Model Village”. Ahora el ataque es al “comportamiento modelo” que, dentro del contexto inmediato de la banda, podemos ver en la realeza. “Homophobes by the tone in the village”, satirizando a los diferentes personajes y situaciones que podemos encontrar en una sociedad modelo, Idles llega la mitad de su nuevo álbum cargado de mucha crítica y reflexiones internas.
Si Ultra Mono fuera un cassette o un LP — que si están disponibles por cierto—, en este momento estaríamos dándole vuelta para escuchar el lado B. Es precisamente en la parte media de este material donde encontramos el tema obligado sobre el acoso que muchas mujeres sufren alrededor del mundo, “Ne Touche Pas Moi” o ”No me toques” es el nombre de la canción, que probablemente recibe su nombre en francés porque todo el Ultra Mono fue grabado en París. La declaración de esta melodía es clara y la forma nos remite una vez más al Brutalism. “Cause your body is your body, And it belongs to nobody but you” dice Joe Talbot y se acompaña de la voz de Jehnny Beth de Savages.
Para “Carcinogenic” pareciera que ni el tema ni la estructura musical son novedad. Pues, aunque el bajo de Adam Devonshire, combinado con la batería, muestra toda la actitud, el estilo se asemeja mucho al de canciones como “Great” o “Gram Rock” del Joy as Act of Resistance. El tema que abordan con “Carcinogenic” es el de la opresión laboral, tal y como ya lo habían hecho antes con “Mercedes Marxist”.
Ya en la parte final de este Ultra Mono, tenemos más experimentación por parte de la banda de Bristol, pues apenas comienza “Reigns” se puede apreciar un efecto de guitarra un poco más grave al que escuchamos en “Grounds”. Aparte de la música, el tema de “Reigns” se ha convertido en uno de los favoritos, pues hace hincapié en las diferencias entre los privilegiados (Blue Bloods) y los de la clase trabajadora. “The Lover” en cambio hace ese switch de lo externo a lo interno que ha hecho Idles a lo largo del álbum, pues da un raro mensaje optimista en forma de celebración de ser capaz de expresar tus sentimientos y estar feliz al respecto. Todo está narrado de una forma que deja entender que se trata de la historia de Talbot en Idles y como se siente al respecto. La batería se pone muy post punk para este track y es decorada por riffs violentos de ambos guitarristas, una de las mejores del álbum por todo lo que trae consigo.
Ya que entramos a los terrenos del post punk, “A Hymn” es la otra de las canciones más destacadas del Ultra Mono, pues esta si adopta un sonido nuevo para el que ya nos estaba preparando la batería en “The Lover”. Esta canción no se compara en velocidad con “War” o “Mr Motivator”, pero tampoco es tan lenta como “Slow Savage” del Brutalism, aunque ya exista un manifiesto y un sonido muy característico, canciones como “A Hymn” nos convencen de que Idles aún nos puede sorprender. Por esto es preciso nombrar “A Hymn” la favorita de este LP. Para haber repasado este disco en su totalidad, sólo nos falta hablar de “Danke”, el cierre que parece haber salido casi en crudo del estudio, eso contribuye más a que esta despedida sea un firme recordatorio de la brutalidad de Idles en su máxima expresión.
Un nuevo disco de Idles ha visto la luz y sea mejor que sus antecesores o no, definitivamente es algo que vale la pena escuchar de principio a fin. Idles no sólo es música, es catarsis, son sentimientos, pero sobre todo, es la esperanza de poder ser feliz aunque el mundo se esté cayendo a pedazos. En México estuvimos a punto de absorber la magia y ver a la banda en vivo por primera vez, sin embargo el encierro nos arrebató esa oportunidad. Según las enseñanzas de Idles, en este momento, sólo nos queda tener mucha paciencia, poner el Ultra Mono, y expresar nuestra identidad para ser felices.