"Tras un balón" el disco que Hugo Sánchez grabó antes de volverse goleador en España
Hace cuatro décadas, una tarde de domingo de marzo, un chamaco de apenas 18 años marcó su debut goleador en primera división en el mismísimo Estadio Azteca contra el América, de ahí en adelante las glorias de Hugo Sánchez, quien sería Pentapichichi y leyenda de las canchas europeas, tomaría el mote de "El Niño de Oro". Entre descalabros, declaraciones racistas, calumnias, chilenas, eliminaciones, comerciales de pasta de dientes, marometas, mordidas de lengua, goles y mundiales olvidables, seguimos la carrera del primer jugador que decidió romper el molde del futbol mexicano y ser cola de León para conquistar el viejo continente a base de goles y pundonor desde la ciudad de Madrid.
Pero no hay nada para siempre y veinte años atrás, el 29 de mayo de 1997, los aficionados merengues se dieron cita en la cancha del Santiago Bernabéu para despedir a su #9 durante la década anterior. Acompañado de figuras como Gordillo, Butragueño, Míchel, Martín Vásquez o Sanchís, le dieron caña a las viejas hazañas de una ofensiva mítica que la afición recuerda como “La Quinta del Buitre”. Con un marcador final de 4 a 1 en la pizarra de un Real Madrid vs Paris St-Germain cuyo pretexto fue la despedida de “Hu9ol”, sin saber que después nos fumaríamos su éxito, su patrioterismo desmedido y su xenofobia durante su época de director técnico, tanto de Pumas como de la Selección Nacional.
E igual que el pretexto de aquel partido, a principio de la década de los ochenta, esta fecha anecdótica nos recordó cuando “El Macho” se montó al tren de la publicidad desmedida y cometió el divertido atrevimiento de grabar un disco antes de que el cante flamenco se apoderara de su acento. El vinilo en formato de 45 revoluciones incluía la canción “Tras un balón”, tema cuya versión instrumental ocupaba el lado B del EP (por si se te antojaba hacer karaoke y lanzarte contra tu cama haciendo una "huguiña" o ensayando para tu hipotética presentación en el Festival OTI). Producido por CBS y con una portada donde se muestran algunas fotos de Hugol en la cancha y posando en alguna playa quizá mexicana, desconocemos al responsable del acercamiento del futbolista al estudio de grabación (y de lucir sus mejores trajes de baño).
Como sus oídos lo podrán confirmar, la algarabía que se cargaba el Pichichi en su característico afro no era en vano y a pesar de que el funky no era lo suyo, la producción se apoyó en la estética de su compatriota Chespirito, y así como nos lo cuenta la letra de este hit, sin descansar y fajándose los tamaños antes de entrar a la cancha, parece que va decidido a golear al Atlético Español al puro estilo de su camarada "El Chanfle". Sin embargo, el cisma provocado por el “ídolo de la Balbuena” en el mundo de la cantada, paso desapercibido para las generaciones siguientes, quienes embelesados por las historias de los mayores y los videos de sus goles, nunca se les hubiera ocurrido que semejante joya de las canchas plasmara su amor por la redonda en un álbum que, si no se encuentra en tu colección es porque está ya en la vitrina de algún museo.
