Trainspotting 2: la vida continúa en el abismo

El mundo ha cambiado y con él, el discurso del llamado “Choose Life” hoy no elegimos la vida, un trabajo, una carrera, una familia... ropa informal o un traje de tres piezas...  hoy elegimos comprar un iPhone, elegimos Facebook, instagram o Snapchat, elegimos actualizar nuestro estado de ánimo en nuestras redes sociales con fotos de nuestro desayuno esperando a que alguien le importe... Así nos lo dice Renton, en Trainspotting 2 la secuela de la cinta de 1996, donde algunas cosas han cambiado pero en realidad “hoy da igual”.

Dos décadas han pasado y un nuevo siglo ha comenzado, desde que Trainspotting nos sorprendió con el argumento de una cinta poco convencional, que rompió paradigmas y se convirtió en el soundtrack de la vida de millones de jóvenes en el planeta.

TP es reflejo de una juventud inconforme que lucha por oportunidades, generaciones que se pierden en la decadencia de un futuro incierto, en medio de la drogadicción y la indiferencia de los sistemas de gobierno. Así, es como se convirtió en una película de culto, que trasciende generaciones, donde no importa nada más que vivir el momento.

Trainspotting fue, en este sentido,  irreverencia pura ante el cine comercial hollywoodense. Fue una cinta que marcó un momento muy particular en distintos escenarios, por ejemplo en la moda con el llamado Street Style: las chaquetas bomber, camisetas ajustadas, jeans slim, camisas de cuadros amarradas en la cintura y tenis adidas Samba Super Suede. Desde entonces hemos visto cabezas rapadas por montones, marcas como Vetements han utilizado este recurso en sus arquetipos para presentar sus líneas de ropa, modelos como Kate Moss o las cantantes Sinéad O´Connor y Britney Spears son ejemplo de ello. Gafas Gucci y camisas Raf Simons han logrado que una cinta como TP se conviertan en tendencia mundial.

El texto de Irving Welsh fue llevado magistralmente a la pantalla grande por Danny Boyle, hoy regresa basado en la segunda parte de la obra de Welsh titulada “Porno”, con la adaptación en el guión por John Hodge. Trainspotting 2 se convierte entonces en una crítica a nuestros tiempos, donde la heroína se ha convertido en cocaína y la vida digital es igual de adictiva que las drogas.

Mark Renton (Ewan McGregor) Spud (Ewen Bremner), “Sick Boy” hoy “Simon” (Jonny Lee Miller) y Begbie (Robert Carlyle) regresan donde todo empezó, Edimburgo (Escocia), una ciudad que ha sabido cómo transformarse de aquella sucia zona industrial a una urbe moderna, una ciudad que hoy recibe inmigrantes y que tiene solo el recuerdo de aquel hoyo de desesperanza que fue hace algunos años.

T2 ata algunos cabos sueltos dejados en la primera cinta, un vistazo al pasado, donde nadie se libra de asumir las consecuencias de sus actos, es lo que lleva a cada uno de los personajes a confrontar sus propios demonios. Los cuatro amigos, casados, divorciados y hasta con hijos, han hecho negocios y han fracasado, siguen intentando adivinar qué hacer con su vida, mientras el tiempo pasa y no perdona.

“Primero hay una oportunidad y luego una traición”, el descarado robo de Renton a sus amigos no ha sido olvidado y mucho menos perdonado, mientras la vida de cada uno de los personajes se hunde, ven en un nuevo negocio una oportunidad para comenzar de nuevo y reparar un poco del daño causado durante  todos estos años.

Llena de flashbacks y referencias a la primer película, por momentos la historia parece  melancólica, para después regresar de un golpe a la realidad, burlándose de esa misma sensación de forma irónica y de la necesidad que tenemos de decir que “tiempos pasados siempre fueron mejores”, una burla muy presente en Veronika (Anjela Nedyalkova), la nueva integrante de esta historia, que en más de una ocasión repite a Renton y Simon que es necesario ver hacia adelante, disfrutar del viaje y dejar el pasado, justo ahí donde debe de estar, en el ayer.

Esta cinta tiene un mensaje claro... “Si tu vida apesta hoy, prepárate... porque seguramente lo seguirá haciendo en un futuro”.

No más viajes alucinantes patrocinados por Swaney (La Madre Superiora), no más persecuciones por las calles huyendo de la policía, y aunque apenas se escuchan unos acordes de la versión original de “Lust for Life” de Iggy Pop,  son interrumpidos de forma abrupta por el mismo Renton, que se niega a volver a su pasado y que aquellos lugares que antes fueron odiados, hoy se convierten en el refugio perfecto. Se conserva el mismo espíritu rebelde pero acompañado de personajes mucho más maduros, cuarentones si se quiere, pero que no caen en el cliché y estereotipo del “chavoruco”.

Hoy ni David Bowie o Lou Red (a quienes se les recuerda brevemente en T2) conforman el soundtrack de esta cinta, los honores corresponden a The Prodigy, con un remix digno del mismo Iggy Pop. High Contrast, Wolf Alice, Young Fathers, Blondie, Underworld, Queen y The Clash son algunos de los artistas que completan el soundtrack. Cabe destacar que en esta ocasión la banda sonora  no tiene una presencia tan marcada como en la primer cinta, pero sí acompaña perfectamente el espectro sonoro de T2.

Danny Boyle es plenamente consciente del éxito de la primer película,  por lo que  conserva su esencia y al mismo tiempo le da su propio carácter a T2, con un manejo magistral de un tema que ya no es novedoso y del que Trainspotting fue precursor, que marcó el legado de  cientos de historias.

Sin duda, Trainspotting 2 es una cinta que no se puede dejar de ver y mucho menos dejar pasar por alto la oportunidad de verla en la pantalla grande.

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