Thee Sacred Souls para creyentes del amor en la Semana Indie Rocks
Es difícil evocar los sentimientos del soul clásico. La nostalgia, el anhelo, el romance. Eso que suena lejano, pero de alguna manera tan personal. Parece que viene de fuera pero se siente en el núcleo. Algo que evoca recuerdos ajenos. Parece imposible, pero Thee Sacred Souls no sólo lo evocan, lo encarnan.
El grupo de San Diego se presentó el jueves 18 de mayo en el Foro Indie Rocks como parte de la Semana IR, y el recinto se inundó de todos los sentimientos habidos y por haber. Tras el acto de apertura de Marion Raw, que sentó bases solidas para una noche sentimental, el trio salió al escenario a robar suspiros.
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Sal Samano se presentó como la definición de cool, con un palillo en la boca, y una quietud cautivadora, como si las líneas de bajo no le costaran trabajo alguno. Alex Garcia hacía muecas mientras mantenía el ritmo en la batería, y aunque no tuviera un micrófono en frente, cantó todas las canciones. En vivo, Josh Lane es hipnótico, todas las canciones y todos los sentimientos que despiertan, salen de él.
Para cantar una canción triste, Josh pidió luces azules, y para cantar una romántica, rojas. En ningún momento dejó de moverse por el escenario, caminaba de un lado al otro sonriendo y coqueteando con su público. Se sentó en el piso y se cubrió la cara desolado cantando “For Now”, y juntó las manos en súplica con “Lady Love”.
Con ayuda de Shay Stulz en la guitarra y Riley Dunn en el teclado, pusieron a bailar a todas las personas presentes con “Running”, canción con la que Josh bajó del escenario para acercarse al público, pero no fue hasta “It’s Our Love”, que caminó en medio del mar de gente y se dejó envolver por completo.
Las coristas, Tatiana y Kelly, también tuvieron oportunidad de lucir sus voces en canciones como “Happy and Well” y “Trade of Hearts”, compartiendo un suave vaivén de llamada y respuesta con Josh. El resto del foro no se quedó muy atrás cantando con Josh, quien al final de “Weak For Your Love” dejó el micrófono para que el público le cantar a él.
Fue un concierto para sentir amor. Sus dichas, sus dificultades, y el dolor de la pérdida. Para sentir que, a pesar de todo, siempre vale la pena. Porque el amor nos conecta, pues en palabras del mismo Josh Lane: “Yo creo que estamos aquí esta noche porque creemos en el amor. Amor el uno por el otro, tal vez somos diferentes, pero somos muy similares. Estás parado junto a gente que quizás no conoces, pero muy en el fondo, hay amor el uno por el otro”.
Fotos: Andhrea Soto