'The Universal Want', una colección de los Doves que el 2020 necesita
¿Será The Universal Want (2020, Virgin) el disco que por fin dé a Doves la gloria que se les ha negado desde su debut? Probablemente no, pero eso está bien, pues definitivamente este quinto disco de la banda mancuniana no busca satisfacer a nadie más que a ellos mismos, pero eso de ninguna manera lo hace menos disfrutable.
Luego de 11 años de su anterior entrega, Doves regresan con un disco quizá más personal, incluso desde el punto de vista creativo. En 2010, luego de una gira por el lanzamiento de su compilado The Places Between Us: The Best Of Doves (2010, Heavenly), la banda decidió darse un descanso, que duró hasta marzo de 2019, cuando se reunieron para una presentación en el Royal Albert Hall. Esto dio pie a unas cuantas fechas más, pero en septiembre de ese mismo año anunciaron que no darían más conciertos hasta no tener su nuevo disco terminado. Para este material, dejaron también de lado las corrientes de progresivo que podían notarse en discos anteriores, incluso habían hecho una adaptación a “Moonchild” de King Crimson en su segundo material Last Broadcast (2002, Heavenly Records). Pero la nostalgia permea en muchas de las canciones que dejan entrever un dejo de los años en los que eran conocidos como Sub Sub y se enfocaban en la escena dance de principios y mediados de los noventa.
The Universal Want arranca con “Carousels”, tema que estrenaron el 18 de junio, casi un mes antes de dar detalles de lo que sería el nuevo disco. La letra de esta canción habla de cierta forma sobre el hartazgo al conformismo, y pregunta —¿a nosotros escuchas?— “why are we living this life we're fitted to?”. Bien podríamos decir que esta confrontación al conformarse es un tanto recurrente. En “Broken Eyes” nos enfrentamos a la frase “I can’t help it if you don’t feel satisfied”; y como epítome de este sentimiento, en “Prisoners” Goodwin canta “if you’ve got to believe in someone, don’t make that person me”.
Si bien podemos decir que en esencia, este disco es de Doves, como mencionamos antes, hay tintes más electrónicos noventeros por ahí, específicamente en “Cathedrals Of The Mind” y “Universal Want”. Mientras la primera podría musicalizar una escena a media jornada en The Hacienda, la segunda bien podría ser el cierre perfecto para una noche/madrugada/mañana en cualquier club. Pero por supuesto también hay un himno que demuestra que Doves saben lo que se necesita para llegar a lo más alto. “Cycle Of Hurt” es de esas canciones en las que sabes que en vivo voltearas y verás un mar de flashes de celulares, mientras miles de voces se unen en el sampleo del cierre con “it’s a trick, it’s a trap”.
En la producción se nota el tiempo que llevó terminar este trabajo, un disco que no se realizó con prisas, y para el cual los miembros respetaban el espacio de los demás, opuesto a lo que ocurría en sus anteriores producciones, en las que la grabación era un trabajo casi forzado día tras día. Esto dio como resultado un álbum que, a título personal, no tiene canciones de relleno y se puede presentar como una colección de lo que ha sido Doves musicalmente desde sus inicios y hasta la fecha.