Zona Maco nos sorprende con antigüedades. Por Ana Warman.
La feria de arte contemporáneo más reconocida en México decidió regresar en el tiempo y sorprendernos con algo novedoso como las antigüedades, contradictorio pero cierto. Zona Maco presentó por primera vez el Salón del Anticuario en el centro Banamex del 25 al 28 de septiembre. El evento llevó la palabra “salón” ya que se inició como un concepto simple con entre 15 y 20 galerías, así como empezó la feria de arte contemporáneo hace diez años.
En las distintas galerías se expuso obra ecléctica y de diversos siglos; desde un jarrón chino, pasando por cuadros del siglo XVII, hasta muebles “vintage” de la década de 1960. La exhibición, a pesar de componerse en su mayoría por objetos del pasado, también contó con trabajos de artistas contemporáneos como cuadros del artista y tatuador oaxaqueño, Dr. Lakra. En este foro de exhibición y venta había joyería, cerámica, lámparas, textiles, libros y esculturas orientales, mexicanos y europeos. Los anticuarios daban explicaciones de cada uno de los objetos que estaban expuestos y así los visitantes se enteraban de la procedencia de éstos.
En el centro del salón había una zona para comer, en la que dos chefs franceses cocinaron en un local llamado “La cantine” por Grupo Habita y una heladería Roxy. También había un pequeño bar de José Cuervo y algunos stands donde regalaban revistas como Animal, Gatopardo o Harper’s Bazaar.
Las antigüedades no son algo que está precisamente de moda, solamente lo vintage que conforma una mínima parte de éstas. La moda vintage está muy presente hoy en día entre los jóvenes que regresan a lo análogo con los vinilos o la fotografía analógica. No solamente eso, sino que decoran sus casas con posters de películas de los años 1970 como Naranja mecánica, con tornamesas o con muebles diseñados por Don Shoemaker. El hecho de que Zona Maco organice este evento significa que esta tendencia de coleccionar, muy popular en otros países, está llegando a México. Este evento funciona como promoción para las antigüedades, ya que todos los jóvenes que estaban ahí, que eran muchos, son coleccionistas potenciales de estos objetos que tienen un gran valor económico, histórico, artístico y emocional.