Sadomasoquismo: el acrónimo doloroso pero gozoso
Ni tan 50 sombras de Grey ni tan Justine. Aunque la verdad, tanto el amor como la atracción sexual vienen como la materia, sólo para transformarse.
El sadomasoquismo (acrónimo de sadismo y masoquismo) es aquella práctica sexual que tu mamá nunca mencionó y tampoco en la secundaria. Aún así, encontramos interesante contarte (o recordarte) lo que sabemos que es, o al menos, de lo que va.
Para esas almas puras que desconocen este término, es momento de que se ensucien un poco de la cultura del sexo. El sadomasoquismo es la acción de un individuo que mediante el acto sexual consigue mayor placer y excitación a través de la dominación, maltrato y violencia moderada por parte del otro individuo. Muchas veces considerado como una “condición mental”. No podemos negar el hecho de que es una práctica sexual extrema, calificada como “salvaje” bajo la vaga justificación de tratarse de “una perversión” proveniente del sentimiento oculto del odio, apelando a la humillación y deseos de violentar.
El sadomasoquismo y toda su cultura (si, cultura) se ha satanizado por mucho tiempo. Textos como los del Marqués de Sade no benefician a la aceptación social de esta práctica, pero universos como los de Grey y sus sombras romantizan la idea a tal nivel, que incita a personas a cometer estos actos cuando quizá no están preparados para ello. No es acusación, pero el espectador es muy manipulable y la culpa recae hacia donde termine de girar la botella. ¿Qué empuja a un amante al oscuro rincón del sadomasoquismo? Es quizá el fanatismo o la mente también.
El surgimiento de estas prácticas viene desde mucho tiempo atrás, parte del culto a la diosa griega Artemisa, en evolución y reflejándose también en el arte y sus distintas vanguardias, despertando los instintos y sentimientos más reprimidos de la mente. Es entonces dicha práctica donde el inconsciente humano actúa en su más explícita apariencia, justificando el fin último del humano: ser violento, ser sexual, lo cual, al menos en el acto del sadomasoquismo, no es necesariamente malo.
Existen reglas: consentimiento, privacidad, intimidad. Valores que se pierden ante la vulgarización de la práctica. El sadomasoquismo es, finalmente, una relación y una acción cultural con fines románticos, donde se busca explotar los placeres de la virtud del sexo a través de los umbrales del dolor y la pasión, en el que cada uno de sus participantes busca satisfacer sus superficiales necesidades pero ante todo, sus deseos más ocultos.
* Los puntos de vista planteados en este texto representan únicamente la postura de su autor y no de Ibero 90.9