Electrónica brutal desde Frankfurt y Barcelona: Roman Flügel y John Talabot en Trópico
Roman Flügel / Fotos: Zoe Segura
Desde su primera edición, Trópico es un festival con una curaduría muy bien pensada para los diferentes horarios, momentos y espacios del Pierre Marqués, en Acapulco. Los fieles del evento saben muy bien que la noche es larga, y que se funde con el amanecer en una fiesta que no para. La noche del sábado, 4 de diciembre, el escenario Playa se vistió de gala con la presentación de dos titanes de la electrónica, el alemán Roman Flügel y el catalán John Talabot.
En punto de las 3:30 horas del domingo pasado, Flügel tomó los controles después de Paulor para subir la intensidad del beat con su estilo techno que provocó un movimiento masivo de gente hacia la playa. Con un set duro, elegante y experimental, como es su estilo, el de Darmstadt llevó a otro nivel el baile con la intensidad sonora que lo caracteriza, ante un público nutrido que ansiaba una fiesta de este tamaño después del encierro.
Este grande de la escena electro-techno-trance alemana, que ha permeado a diversas partes del mundo, por momentos nos lleva por pasajes IDM. Esto nos deja ver su esencia más pura y su autenticidad: Flügel es un camaleón sonoro que provoca sentimientos pesados a través del digitalismo.
John Talabot / Fotos: Zoe Segura
Después de dos horas de un set rugiente de Flügel, llegó el turno del catalán Oriol Riverola, mejor conocido como John Talabot, quien presentó un Disco Set perfecto para recibir al amanecer. Su house envolvente, fluido y orgánico, con su estilo de sonido Chicago, prendieron aún más la fiesta, lo cual es mucho decir considerando que el set sonó después de Flügel; lo que también habla muy bien de la curaduría del festival.
El productor John Talabot, figura enigmática que ha logrado figurar en la lista de lo mejor del año de la revista digital Pitchfork, fue muy bien recibido por todos los presentes que bailaron hasta las 7:45 de la mañana, a lo largo de dos horas y 15 minutos que se fueron como agua entre los dedos, ya que, aún a esas altas horas de la madrugada, la audiencia continuaba motivada con el dancehall.
Con la llegada de la mañana, los rostros de quienes se encontraban ahí comenzaron a mostrarse más claros. Llegó otro momento del festival, el deleite de poder apreciar la salida del sol, el mar y una comunidad que viaja hasta la playa de Acapulco para experimentar música de alto calibre.
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