Robyn renace con 'Honey'
Después de ocho años sin lanzar música, regresa la cantante sueca Robyn con su octavo álbum de estudio Honey. Con el sonido disco que la caracteriza, esta producción musical deja en claro que a pesar del pasar de los años, la artista es de las voces más progresivas en el pop alternativo.
Como en su canción más popular “Dancing On My Own”, Honey emula el sentimiento contradictorio de bailar bajo una bola disco con lágrimas en los ojos. Las letras melancólicas contrastadas con beats optimistas han demostrado ser una excelente mezcla que incluso ha influenciado a artistas como Lorde.
Honey funge como un instrumento catártico en el cual se recuentan varias experiencias de Robyn desde el 2014. De hecho, las canciones están posicionadas en el orden en el que fueron producidas. La primera, el sencillo “Missing U”, que cuenta con sintetizadores hipnotizantes y el sentimiento de pérdida que caracteriza el sonido de la sueca. Esta canción cumple con su papel introductorio a la perfección para las ocho canciones subsecuentes, tanto en ritmo como en tono.
“Honey”, la canción que da nombre al álbum, cuenta con una de las producciones más complejas en la discografía de la artista. De hecho, se comenzó a grabar desde el año 2016 y fue terminada un año completo después. Robyn trabajó en este segundo sencillo en varias partes del mundo, incluyendo París, Los Ángeles y Suecia. La letra utiliza la metáfora de la miel de una forma sensual, para reflejar la mentalidad positiva con la que la cantante finalmente regresó a a cantar de nuevo: “Para volver a disfrutar hacer música, tenía que hacerlo de un modo sensible”.
Entre las canciones más destacadas está “Send To Robin Immediately” que cuenta con producción del británico Kindness, basada en un sample de “French Kiss” de Lil’ Louis. Con un beat envolvente que aumenta progresivamente, Robyn transmite un sentimiento de urgencia para expresar todo lo que siente.
En una entrevista con Pitchfork, la cantante habló sobre el largo proceso de regresar a la música después de la muerte de su amigo y colaborador, Christian Falk; así como un difícil rompimiento amoroso. Estos temas quedan más que claros a lo largo de las nueve canciones. Sin embargo, a diferencia de muchos otros artistas, Robyn entrega lo que parece ser una travesía completa: del punto más oscuro, al más luminoso y positivo.
Después de años, Robyn termina su octava producción en una nota positiva. “Ever Again” es una culminación de todas las experiencias ocurridas desde 2010 hasta la fecha, en la cual parece finalmente haber encontrado libertad de todas sus ataduras e inseguridades. No cabe duda que con el nivel de atención al detalle con el que cuenta Honey, Robyn sigue siendo una de las voces más prominentes e influyentes en la escena pop de la última década y que, a pesar de todo, nunca ha dejado de lado la pista de baile.