Pauchi Sasaki y el sonido de la expansión del Universo
Las exploraciones estéticas son multiformes. Se nos vislumbran como creación, pero se implantan en la piel o en el llanto de la sensibilidad. Desde la ilustración, parece que el único modo legítimo de aproximarse al universo es la ciencia, los números y los hechos comprobados. Dar leyes por sentado y proseguir en la insistencia de medir una y otra vez. 1, 2, 3… continúa la progresión mecanizada del exterior. A veces con un poquito de suerte, podemos encontrar la diseminación del universo. Hallar nuevas formulaciones sobre la disertación del fenómeno expansivo del universo.
¿Después de la teoría científica no hay nada más? Sabemos que nos estamos expandiendo y ese hecho puede convertirse en un acto artístico multidisciplinario.
GAMA es el nombre, composiciones de la autoría de Pauchi Sasaki, en conjunto con la violinista Jennifer Curtis, acompañadas de las obras visuales de Nomi Sasaki, quien diseñó los visuales que se transmitieron en el escenario del Templo La Compañía en el marco del Festival Internacional Cervantino 2018.
El escenario parecía pasar de la convulsión a la atenuante calma. En combinación con mapping, los músicos propusieron una experiencia multisensorial. Los diseños y obras de Nomi Sasaki con referencias a la caligrafía china que se trasladaban a luces que hacían colapsar y reconstruir la capilla. Las pinturas de santos quedaban como un referente lejano, haciéndonos conscientes de lo minúsculo de nuestras simbologías humanas frente al torbellino permanente del universo.
Sasaki salió desde el fondo de la Iglesia y con un vestido de transmisores de sonido, se contoneaba de movimientos desquiciados a suaves. Hacía que el movimiento de sus manos fueran efectos sonoros. Su voz como instrumento acompañante chirriaba para después tomar su violín, convirtiendo la totalidad de su corporalidad en el nacimiento del sonido.
La músico y compositora peruana, apuesta por la tecnología como medio legítimo de experimentación sonora, conjuntándolo con proyecciones de luces y la ejecución con violín y cajón. La multidisciplina es resultado de sus conocimientos musicales y de ingeniería en programación, mecánica y de audio. Sin embargo la propuesta es doble. En sus indagaciones sobre la expansión como fenómeno físico, la artista se inspiró en corrientes fluviales, el viento y los océanos que para ella en su movimiento plasman la permanente conectividad de los elementos naturales.
Los cables, el lenguaje de programación y el video están ahí. Sin embargo, no tienen sentido alguno si no hay un ejecutante y un observador que les dé sentido. Para Pauchi Sasaki, es factible una interpretación subjetiva de lo físico, explicando que la naturaleza busca su diseminación en una danza erótica, en continua interconectividad que no es lineal y ordenada, sino que profesa movimientos de repulsión, atracción, coexistencia o tensión.
Dicha interpretación subjetiva tiene sentido en la disposición de elementos con un fin estético, mostrar la continua lucha entre organización y desorganización, el necesario e incesante jugueteo de lo existente que se compone y descompone continuamente en búsqueda de más espacio que absorber. Eso se resuelve en efectos sonoros que van del violín calmado al solo, de los golpeteos que resuenan en el cajón como fuerza destructora mientras las luces destruyen el templo con nosotros ahí dentro.
Cuando sales, al menos por un rato, el mundo se siente diferente, pareciera verse con un filtro de vaporosidad y un fuerte rechinido de sonidos latentes que están excitados por hacerse resonar. Tal vez a eso se le llame experiencia estética.