Por: Chelita (@Se_los_dije)
Fotos: Ana Hernández Castillo
Tan sólo 14 canciones bastaron para que la noche del jueves 12 de junio, el cuarteto de sirenas bajo el nombre de Warpaint, visitaran un par de horas el José Cuervo Salón y, por segunda ocasión, sedujeran al público con sus cánticos.
La ansiedad se respiraba en el aire, pues el tiempo que pasó entre Las Robertas, la banda abridora que venía desde Costa Rica a presentar su segundo disco llamado Days Unmade, y Warpaint, fue considerable. Con el paso de los minutos, los más aguerridos fans pedían a gritos al cuarteto que en esta ocasión venía promocionando su álbum de estudio de título homónimo. “Intro”, seguida de “Keep It Healthy” fueron las rolas con las que, arropadas por una intensa luz rosa y morada, Warpaint salía al escenario a demostrar que son más que una banda de chicas.
Durante el show, se pudo constatar que el talento de esta banda de Los Angeles prevalece por encima de una actitud cool y que su música no sólo es cosa de ensamblar cuatro instrumentos con cuatro voces. La psicodelia y el dream pop que destilaron fue un breve pero sustancioso repaso por sus dos discos y el EP que las dio a conocer allá por 2009. Canciones como “Undertow” y “Billie Holliday” fueron las más ovacionadas, pero sencillos como “Love Is To Die” y “Disco//Very” que se desprenden de su más reciente álbum, sorprendieron por el recibimiento del público ante dichas canciones, sobre todo, ésta última en la que se vio más gente brincando y bailando, chicas levantadas en los hombros de alguien más, con sus brazos al ritmo de la música, otras más, moviendo su larga cabellera como si estuvieran en la intimidad de su cuarto contoneándose para el espejo, para esas cuatro paredes, para sí mismas.
Warpaint no es una banda estruendosa y pretenciosa, para nada, lo suyo es hacer música mesurada y bien estructurada, pero que en vivo es tan potente que hizo vibrar el lugar tanto como los gritos de sus fans, gritos y aplausos que habían contenido en casi tres años desde la última visita de esta banda y que ahora se desbordaron en canciones como “Composure”, y que en momentos como “Bees”, opacaron la guitarra de Emily.
Quedó claro que un concierto de Warpaint es también una demostración de que con su música en vivo las sensaciones quedan a flor de piel, y sin darse cuenta, sumergen al público a un nivel de levitación con sólo escuchar los acordes de canciones como “Drive”. Aunque Theresa lucía los collares que sus fans le regalaron minutos antes del concierto, fue Jenny quién en todo momento se mostró sorprendida y entusiasmada por la respuesta de sus fans, en varias ocasiones invitaba a aplaudir al unísono; sin duda, es ella quien logra romper la barrera entre la banda y el público.
Cuando parecía que el concierto terminaría, regresaron para ponerle un extenso punto final al show. Un encore que incluyó “No Way Out”, una nueva canción en la que el bajo coquetea con los sonidos oscuros de The Cure de la década de los 80, seguida del extraordinario cover que hacen a “Ashes to Ashes” de David Bowie y “Elephants” para despedirse definitivamente.
Una noche donde las hormonas se apoderaron del escenario del José Cuervo Salón y donde Warpaint mantuvo cautivo a su público de principio a fin. Las ovaciones que se llevaron, respondieron a cuatro sirenas que hechizaron al ritmo que ellas dictaban, pues por momentos, no había manera de no mover el cuerpo con sus electrizantes armonías y melodiosas voces que bien podrían llevar a cualquiera que las escuche a la perdición.