El mundo como reality, la vida como reality Fernando Lobo

Ya que el mundo adopta un curso delirante,

debemos adoptar sobre él un punto de vista delirante

Jean Baudrillard

Es innegable que la hipermodernidad consagró el uso de la tecnología, parafraseando al investigador Eduardo Subirats: pantallas nos inundan, nos informan, nos vigilan, pantallas dan cuenta de nuestra felicidad y nuestra desesperación.

A sabiendas de este fenómeno cultural de masas, Fernando Lobo (1969, CDMX) creó una obra literaria que navega entre el humor ácido, la sátira, el absurdo y la férrea crítica a la insulsa industria del espectáculo, representada por la televisión y los tabloides sensacionalistas.

https://www.youtube.com/watch?v=hJTuVaEKGPo

Friquis (2016, Almadía) es una novela que retrata las peripecias de Tania Monroy, la presentadora estelar del programa de variedades del titán mediático Telemanía. Déspota, engreída y con una fijación enfermiza por las cirugías estéticas. El devenir de la historia propicia que el destino de la diva se cruce con el de Macario, mejor conocido como Mac, Cervantes, un periodista de espectáculos carente de ética, mamarracho que destroza a diestra y siniestra carreras y produce escándalos para nutrir su tabloide amarillista de nombre “Farándula”.

La acción en la novela se detona cuando la Monroy se somete a un refinamiento de nariz, procedimiento quirúrgico que sale mal y tiene como resultado la pérdida de la nariz de la “artista”. Como buen sabueso que percibe el fétido aroma del escándalo, Cervantes se hace con una fotografía de la des-narizada Tania.

Lo que el lector descubrirá sucesivamente, es un viaje hilarante, surrealista y tristísimo de la sociedad del espectáculo que es fiel reflejo de la sociedad en general.

Giovanni Sartori en el clásico Homovidens. La sociedad teledirigida postuló:

“La verdad es que para falsear un acontecimiento narrado por medio de imágenes son suficientes unas tijeras”.

Lobo lleva esta premisa al límite en Friquis, expone de manera tajante la mísera putrefacción de los reality-shows que inundan las pantallas, los escándalos que se venden como pan caliente en las publicaciones de chismes y luminarias plásticas. Televivimos (Sartori dixit), somos la panacea de la sociedad del espectáculo que acumula shows decadentes ad nauseam (Guy Debord, Vargas Llosa dixit), somos unos friquis enajenados por los simulacros (Baudrillard dixit) que día con día miramos en nuestros televisores y moldean nuestro estilo de vida.