Por Jorge Ceja Morán @cejamoran
Tiene un Premio Nobel de la Paz, ha publicado ocho libros y en 2012 fue reelegido como presidente de los Estados Unidos, a pesar de eso, sigue siendo tan humano como todos: también se desespera cuando no puede desenredar sus audífonos.
En cuatro meses serán las elecciones presidenciales de los Estados Unidos y Barack Obama decide promover el voto apareciendo en un video donde enlista cinco cosas que son más difíciles que registrarte para salir a votar el próximo 8 de noviembre.
Nombrar todos los personajes que han muerto en Game of Thrones, jugar Operando, hacer una pulsera de la amistad, desenredar unos audífonos y hacer una columna de Cheerios, es más complicado que salir a votar y decidir el rumbo que tomará tu país durante los próximo cuatro años, o al menos, así lo piensa uno de los hombres más poderosos del mundo.
El video no sólo da risa, provoca empatía con el líder de los demócratas y nos deja ver que la política no es tan aburrida y cuadrada como no lo han hecho creer. Pudiendo salir en un video hablando mal del partido Republicano y elogiando lo que ha hecho su partido en estos ocho años, Obama apuesta por sumarse a la lista de miles de personas que ven Juego de Tronos y confiar en que ellos tomarán la decisión correcta.
Creo que los mexicanos no esperamos ver al presidente de este país ni a ningún otro político que pretenda representarnos haciendo una pulsera de la amistad, pero sí nos gustaría que dejaran a un lado los discursos de odio. Esperamos prender la radio y escuchar campañas políticas que den propuestas y no amenazas. Sería bueno que nuestros políticos se den cuenta que son tan humanos como todos nosotros y a partir de eso hacer una campaña que nos favorezca.
Tal vez sea un buen momento para que la clase política mexicana cambie el discurso y se den cuenta que no están logrando tener empatía con las personas, sino todo lo contrario. No estaría mal que los políticos detengan su agenda durante dos minutos y vean a Obama perder contra el Operando, tal vez así, en las siguientes elecciones se les ocurra una campaña que no promueva bajarle todo el sonido a la televisión y a la radio.