Proyecto Ruelas: Teatro rural de denuncia y colectividad
"Así como el gobierno pide apoyo para los votos, a nosotros nos gustaría que nos apoyara” declara una señora al público, el cual permanece atento y conmovido. “Esta es la telesecundaria del pueblo, ahora ya tenemos telebachillerato, pero no hay agua en ninguno. Cuando los niños salen a las dos y media de la telesecundaria, los otros entran al bachillerato en el mismo lugar”, continúa otra mujer explicando la situación de su comunidad.
En una función presentada en medio de una maqueta que replica el pueblo de Puerto de Valle, colocada en el centro de la estrecha, pero acogedora Plaza Mexiamora en el centro de Guanajuato durante la edición XLVI del Cervantino, la obra Yerba santa pa’ la garganta y abrecaminos pa’ tu destino sirve como manifiesto de los habitantes del municipio guanajuatese, así como de las injusticias que atraviesan y sus necesidades. Una ventana a sus vivencias y problemáticas a la que los espectadores acceden a través de una escenografía pintoresca y diálogos que más que un guión dramático, parecen anécdotas íntimas.
Mujeres jóvenes y ancianas, niñas y niños puertovallenses zigzaguean entre los edificios miniatura que evocan a su pueblo entre diálogos y testimonios. El público aplaude los bailes de los pequeños y las canciones que corea el elenco, los dioramas ayudan a que los asistentes puedan materializar las declaraciones de la comunidad en un relato mucho más sólido y cercano.
“¿Se acuerdan cuando íbamos al kinder?”, pregunta un niño de unos ocho años al público. “Yo le hacía muchas travesuras a mi maestra”, le responde una pequeña que está sentada a su lado, “Yo le aventaba huevos a la ventana de mi amiga y le decía que era porque los pájaros se le cagaban encima” responde otro niño provocando un montón de carcajadas. Los pequeños brincotean entre el pueblo al ritmo de la música mientras las abuelas los observan sentadas a su alrededor.
“Una vez me espiné cuando le ayudaba a mi abuela a cortar nopales, ¿Verdad, abuela?”, pregunta sonriendo un chico. “Sí, pero eso era cuando me ayudabas” le contesta una mujer canosa al fondo. “Pero los tiempos cambian”, dice el niño mientras sale corriendo. “El que cambió fuiste tú” le reclama la anciana mientras la audiencia ríe.
En un evento emotivo, los puertovallenses nos provocaron risas y nos permitieron escuchar sus historias, ser partícipes en sus reclamos, enterarnos de sus necesidades y pasearnos por su pueblo.
Después de hacer una pausa para agradecer al público, y en un contraste violento respecto a las exigencias e injusticias planteadas minutos atrás, todos los habitantes de Puerto de Valle se pusieron de pie frente a los edificios que erigen su pequeña comunidad, para cantar “México lindo y querido” acompañados por el público como evidencia de la fortaleza que las comunidades logran construir sin dejar de defender su tierra y estimar a su patria.
Fotos por Claudia Reyes Ruiz