La película de la semana: 'Los lobos'
Una de las recomendaciones más comunes que se suelen escuchar de parte de los maestros a sus alumnos en los salones de clase de las escuelas de cine es aquella que reza: “hablen de lo que conocen”.
La máxima, que desde la experiencia parece intentar allanar el camino de directoras y realizadores que se inician en el oficio, parte de la idea de que la cercanía con una problemática social o el conocimiento de la misma suelen dar como resultado relatos más verosímiles y realistas.
Entendiendo que las recetas para el éxito en lo que a narrativa se refiere no existen, y sabiendo que la investigación seria sobre un tema puede ser también un sólido inicio para contarlo, nuestra película de esta semana tiene en la historia personal de su director un punto de partida más que interesante.
Ganadora de premios en festivales como Berlín, Malmo, Guadalajara, Calgary o Guanajuato, Los Lobos, segundo largometraje del director tapatío Samuel Kishi, abreva en su propia infancia para contarnos una aventura familiar muy especial. En ella, una madre que emigra a Estados Unidos con sus dos hijos pequeños se ve en la necesidad de dejarlos encerrados en un departamento, todos los días, para irse a trabajar.
Ahí, solos y con la firme intención de cumplir las reglas y portarse bien para poder conseguir como premio ir a Disneylandia pronto, los dos pequeños héroes de la película pasan las horas dibujando y jugando para matar el aburrimiento.
Partiendo de esa sencilla premisa, soportada en unas impecables puesta en escena y cámara y en la sorprendente naturalidad y química de sus protagonistas (una brillante y contenida Martha Reyes Arias como la madre y los espectaculares Maximiliano y Leonardo Nájar Márquez en el papel de los hermanos), Los lobos se revela como un cuento moderno sobre cómo el amor filial y los juegos que inventamos todos los días son un camino para aligerar las complicaciones de la vida.
Una grabadora para aprenderse las reglas a cumplir. Intentar aprender inglés. Inventar historias sobre lobos ninjas que conforman la manada. No salir del departamento; sobre todo eso, no salir del departamento.
En suma, un retrato íntimo y distinto sobre la migración que, desde la nostalgia y el reconocimiento, se convierte en una carta de amor y agradecimiento para todas las madres del mundo. Para quien hace todos los días la infancia de sus hijos más amable.
Una pequeña gran película que se estrenó esta semana en Cineteca Nacional y complejos de Cinepolis y Cinemex de todo el país y merece mucho la pena ser vista.
El More.