ún recuerdo claramente aquél día que mi hermano se refería al clima de Andalucía como "el desierto calcinante". Entre risas y sudor, nos parecía sofocante el "caló", como allá en Sevilla y Córdova se refieren a la furia del sol mediterráneo. Pero luego de probar las caricias de Phoenix, con 36 grados sobre mi espalda, creo que ese recuerdo entorpeció la realidad. Varados en el desierto. Buscando algo más que una ciudad ordenada, funcional y limpia. Imaginando qué haría por estos lares si mi destino me obligara a vivir aquí. Espero, eso nunca ocurra.
Luego de una comida no muy variante, con alitas sabor "habanero", nos dirigimos a acompañar a los colegas periodistas a esperar la llegada del Tri a su hotel. Se hicieron largos los minutos y la espera insoportable. Todo para que la espera se resumiera, a cuatro minutos de grabación gris. Donde 25 sujetos y una delegación entera, apenas volteara hacia los medios de comunicación. Teniendo en cuenta que aquí, su fama no vale tanto. De no ser por nosotros y los paisanos que apoyan desde acá, el pueblo norteamericano, al menos en su gran mayoría, apenas los identificarían.
Después de eso pudimos ver los resultados del Grupo A de esta emocionante Copa Oro y las emociones no cambiaban. La primera ronda, un trámite que hay que soportar. Nosotros, tendremos un día más antes del juego ante Guatemala y ya veremos si encontramos algo más que unos rayos de sol.
Juan José Ramírez
@JotaJotaRAM
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