Orquesta Dámaso Pérez Prado en el Vive Latino
Es interesante como la profanación de tumbas se inserta en el consciente de las personas hoy en día. Esto no va hacia otro lado sino al desentierro del legado de los artistas que han cimbrado musicalmente durante el tiempo que vivieron.
Puede aplicar con un largo listado de artistas desde Elvis, The Wailers o la propia Orquesta del llamado "Cara de Foca". Esta suerte de ingerto sonoro atemporal basa su razón de ser en el éxito, no hay más. Son grandes músicos cada uno de ellos, una exquisita sección de percusiones, más de 6 aerófonos, un teclado y un recital que compete a una lección de historia sonora fincada a la Ciudad de México. "El Chafirete", "Taxi Libre" "Yo soy de Tacubaya", "Que bonito y sabroso bailan el mambo los mexicanos". Se trata de continuar con el legado sonoro que alguna vez fue y está por ser, los códigos dictan que si es bueno, no hay por qué matarlo, sino todo lo contrario, es mejor continuar tejiendo.
Decir que la Orquesta de Pérez Prado se ha insertado en el consciente de 500 asistentes dentro de Vive Latino 2019, es fácil, lo interesante pudiese ser como impacta en todos los que los vimos; sus implicaciones de jugar con piezas clásicas competentes a otro México, la mezcla de vocalistas de otras procedencias, algunas apariciones desafortunadas por cierto, o el mismo baile de las vedetts que irremediablemente remiten a otros contextos (más o menos viciados, depende) todas estas implicaciones tendrán un efecto muy enriquecedor probablemente, mejor aún si de otras generaciones se tratase. De esta forma triunfal, sublime, gozosa y fandanguera se aperturaron las actividades del festival por excelencia para las manifestaciones latinoamericanas en cuanto a cultura musical.
Fotos: Paulina Guillen / Ibero 90.9