Por Luis Mario Reyes @luisma_rps
¿Para qué carajos sirve la literatura?, ¿la música?, ¿el cine?, ¿la pintura?, ¿las artes en general y hasta el deporte mismo? La verdad es que podemos divagar diciendo que sirven para el desarrollo de la creatividad, para la activación del ocio de una manera positiva en nuestros tiempos libres y hasta podemos llegar a decir que funcionan como plusvalías a nuestra persona (sic); lo que sea que esto quiera decir.
Siendo un amante de la literatura y el cine, me atrevo a decir que ambas no sirven para NADA. Así es, para NADA. Ni la literatura ni el cine sirven para arreglar el refrigerador, comprar comida, conseguir un trabajo o sacar el país adelante. Ningún libro, ni ninguna película en DVD o Blu-ray puede ser utilizado como una herramienta para la vida diaria como si fuera una navaja suiza. De igual forma, para demostrar lo inútiles que son, tampoco pueden hacer algo contra la muerte ni muchos menos tratar de preservar la vida de manera pacífica.
No quiero que se malinterprete lo que estoy diciendo, pero en verdad; pónganse a pensar, ¿para qué les sirven las bellas artes?. Y antes de que dejen de leer este artículo, me doy la libertad de ayudarles un poco con su reflexión.
Cada que pienso en esta idea se me viene a la memoria un libro de literatura juvenil, de qué más podría ser. Estoy hablando de Persona Normal de uno de los pertenecientes a la dinastía Taibo: Benito. Persona Normal narra la historia de un chico que va pasando por la vida con los problemas que puede tener cualquiera; y en lo particular, nos centraremos en el fragmento que corresponde a la utilidad de los libros y las bellas artes para tratar de descubrir su utilidad y funcionamiento en la vida diaria.
“El tío Paco dice que siempre que esos libros, lo que hacen en ti es crear una `educación sentimental´. No sirven para hacerte profesionista o ingeniero o médico. Sirven para hacerte mejor persona. Para que seas lo que quieras ser, pero humano.”
La `educación sentimental´ que describen en Persona Normal es una educación que pensamos no sirve para NADA porque creemos que no nos es útil para convertirnos en ingenieros o políticos de primerísimo nivel; y por tal motivo las menospreciamos, siempre atacando al que tiene un libro en la mano o al que está tomando clases de pintura para dejar de ser una persona más y convertirse en humano. Por muchísimo tiempo se nos ha olvidado la `educación sentimental´ y preferimos la educación de siempre porque ésa sí nos hace “bien”; tanto “bien”, que diariamente nos preguntamos por qué hay una carencia de valores en los jóvenes, por qué el valor de la vida ha perdido peso en nuestros corazones y por qué no tenemos una conciencia ciudadana a la hora de ceder y repartir el poder. La respuesta a esas preguntas está en cada representación artística que nos atrevemos a conocer, los cuales son actos de fe para vernos en el espejo, sumirnos en el abismo más oscuro y abrir la puerta más magnífica que hayamos visto; pero para nuestra desgracia muchos no se atreven a conocer la verdad en la `educación sentimental´.
La “educación sentimental” es sintetizada en Persona Normal de una manera extraordinaria, para Persona Normal esta educación está en toda expresión artística porque en ellas se encuentra el universo mismo, y su exploración no es para los que quieren ser y vivir como personas normales, sino todo lo contrario.
Dejemos que las personas normales sigan pensando que la literatura, la música, el cine, la pintura, la escultura y cualquier otra forma de arte no sirve para NADA; que sigan así, pasando su vida como si la NADA ya estuviera sobre sus ojos e ignorando sus sentimientos. Ellos serán unos doctores normales, diputados normales, policías normales, arquitectos normales, maestros normales y lo que sea que quieran ser normales. Nosotros seguiremos el camino que hasta ahora hemos concurrido, y no estoy hablando del camino del anormal agazapado en su inseguridad, no, jamás, sino que estoy hablando del camino que hicieron los que están hartos de ser tratados, y tratar a los demás, como personas normales.