Recién cumplimos con la cita anual que Ibero 90.9 tiene con la arena de Cancún y la Arena Oasis; Marcus Miller y Daniel Peñalver Latin Project se encargaron por turnos en el escenario recientemente ampliado para recibir a cuatro mil asistentes.
La acústica de la noche fue perfecta en el foro que se encuentra sobre la zona hotelera, justo entre la bahía y el mar. Un ropero de 500 W de Ampeg y un par de Mark Bass 4x12 serían los interlocutores entre las cuerdas gordas y nuestros oídos. Su papel será imprescindible, pues este bacanal que sirve de manera ilimitada en nuestras copas y platos, está dedicado al bajo. Prueba superada.
Para cuando el cubano Peñalver y su saxofón tenor se hicieron acompañar de Ellio Villafranca sentí los nervios de la primera vez que pisé este recinto. Una sensación peculiar, casi vicaria, de sentirse en el primer mundo, con sonido y música de primerísimo nivel. Puede que sea el calosfrío integral de estar en un lugar aire acondicionado, o "clima", como dicen acá.
Apenas al segundo tema, ya predomina la técnica depurada de masaje a las blanquinegras que despliega Villafranca en el mismo lugar que se sentó Eddie Palmieri hace tres años. Además de los dos maestros cubanos la banda la completan seis músicos de seis países diferentes.
Dichosos los que atestigüen los pulmones de esta agrupación que nunca había tocado junta. Luego de ser invitado, Peñalver recluta para una primera colaboración a Ellio, quien vive en NY y enseña en Julliard. El pianista que alguna vez colaborara con Stevie Wonder recomienda a Freddy Hendricks. El resultado es una banda de que el mismo Daniel Peñalver hubiera pagado por ver en vivo. Las carcajadas que soltaba viendo a Hendricks tocar lo delataron.
Cuando acabó la primera tocada supe que era el momento que había esperado desde hace más de 2 meses el primer pensamiento cuando me despertaba. Que iba a ver en vivo a uno de los bajistas más importantes de todos los tiempos. La carrera de Marcus Miller es de las más integrales que un músico actual podría presumir: más de 350 discos como músico de sesión, 7 discos junto a Miles Davis de los que produjo 3, conduce un show de jazz en SiriusXM y además fundó una rama de cruceros de jazz junto a David Sanborn.
Fueron nueve temas: "Panther", que contó con un diálogo entre sax, trompeta y bajo, en el que Alex Han y su tenor brillaron; "Hylife" y "B´s River" ambos temas del Afrodeezia, su debut en Blue Note Records de 2015; se hicieron presentes los covers que avergonzaron a las versiones originales: "Papa Was a Rolling Stone" de los Temptations y "Come Together", la cual cerró la primera parte del concierto. Además sonó "Jean Pierre", tema que tocaba junto a Miles Davis y "Maputo" composición que hizo para David Sanborn. El encore presentó un par de temas del Tutu, disco de 1986 que compuso y produjo junto a Davis.
El nacido en una familia de músicos de Brooklyn cumplió con mis expectativas y más. Tocó justo los hits que yo suponía y fue uno de esos conciertos en los que más que sentir el desarrollo del evento, sientes los minutos que se escurren entre tus dedos, los momentos en los que compartes espacio y tiempo con tu ídolo.
La ciudad de Cancún está entrando apenas a sus 40 años de edad. Podemos notar una cierta crisis de la adultez media. Se polarizan los momentos de algarabía y de zozobra, como quien apenas se va conociendo a sí misma. Existen componentes que se preocupan por dejar un mundo mejor que el que encontraron, como la Fundación Oasis que apoya a otras asociaciones en diferentes programas sociales; pero también existen personajes que no reparan en la situación del prójimo. Basta destacar que durante el concierto a varios kilómetros de la zona hotelera una multitud presuntamente intentó linchar a un hombre. En dicho suceso un joven de 14 años falleció. Esa dicotomía tan diametral ejemplifica perfectamente que lo que requiere la ciudad es precisamente balance. Lo único que se necesita es que haya más peso en el lado bueno del sube y baja.