Fotos por Francisco Flores Después de que Jim James se disculpara en el escenario por la tardanza en regresar a la ciudad de México, My Morning Jacket dejó a un público más que satisfecho y sin resentimientos. La combinación del increíble sonido del Auditorio Blackberry, más el ambiente festivo pre Corona Capital y un público emocionado y entregado, hicieron de este uno de los conciertos de rock más intensos que ha habido en un rato.
Esta grandiosa noche no dejó fuera himnos clásicos como “I’m Amazed”, “Evil Urges” y “Touch Me I’m Going to Scream Pt. 2”, en donde sus fans estuvieron más que honrados de cantar juntos con ellos. Pero fueron las canciones mas recientes de su último disco: Circuital (Rough Trade, 2011), que pusieron al público a gritar como fans locas de una boy band, a aventar puñetazos al aire y literalmente hacer al AuditorioBB temblar.
Atuendos elegantes y otros sumamente zarrapastrosos, acompañados por unos dulces osos de peluche, conformaron el escenario de una banda que emana poder al tocar. Aunque el verdadero showman es Jim James, quién en ocasiones usa una especie de poncho chamánico, y que a través de su pelo aventaba frecuentes gritos locos y vocales limpias.
MMJ permitió que su presencia, junto con los movimientos de su frontman hablaran por sí mismos. James raramente hizo comentarios al público entre canciones, y la única vez, dijo lo acertado: “Ha sido demasiado tiempo desde que venimos. Es un gusto estar aquí de nuevo. Qué Dios los bendiga.”
Los momentos que pusieron pieles chinitas, en las dos horas que duró el concierto, incluyeron “Outta My System”, “Holding on to Black Metal”, “Wonderful”, y “One Big Holiday.”
Aunque se tienen canciones de 6 increíbles discos de donde escoger, Circuital tiene un sonido más cuidado y grandioso; Es el trabajo de una banda que seguirá creciendo en audiencia. Amados por sub-culturas contrapuestas, por críticos y novatos; han conquistado a muchos con sus finos arreglos instrumentales, palomazos extendidos y solos de saxofón, que hacen de su concierto una experiencia arrebatadora que todos algún día deberían de experimentar.