Un alma se mide por la dimensión de su deseo, del mismo modo que se juzga de antemano una catedral por la altura de sus torres. Memorias de un loco, Gustave Flaubert
Producto de la retorcida y rebosante de humor negro mente del novel director mexicano Eduardo M. Clorio, se proyectó en el tenebroso marco del Mórbido Fest 2016 la cinta de terror mexicana Deseo, Deseo (2016, Errante Films). Con un elenco compuesto por actores jóvenes tales como: Karla Rodríguez, Norma Mora, Israel Amescua, Iván Mondragón y Fitzgerald Navarro, entre otros
Es importante señalar que el esfuerzo para llevar esta estridente y aterradora historia a la pantalla grande fue un trabajo colectivo, con escasos recursos pero con unas ganas tremendas de realizar cine de género-independiente y de calidad, Clorio y su equipo abogaron por la generosidad de la gente y financiaron su proyecto mediante crow-funding, ya que los incentivos federales para la realización de cine les fueron negados.
Su historia es trepidante, efectiva y sin regodeos narrativos innecesarios, es simple y llanamente una historia de terror que va directo a la médula de los espectadores amantes de los alaridos y las situaciones al límite.
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El ser humano se encuentra en un proceso constante, quizá perpetuo, de deseo. El deseo sucumbe cuando, finalmente, deja de bombear sangre el corazón, deseamos hasta la muerte. Tras el misterioso deceso de la anciana matriarca, cabeza de una familia de clase media, sus nietos asisten a la casona familiar para repartirse las reliquias y utensilios que consideran valiosos. Cinco jóvenes, cada uno con aspiraciones, sueños, deseos y obscuras obsesiones que, a la postre, desencadenarán un pandemónium.
El punto álgido de la cinta se dará cuando encuentren entre todos los cachivaches un enigmático juego de mesa con instrucciones en un idioma ininteligible y una escueta hoja con instrucciones en español que informa la macabra dinámica del desdichado juego: cada uno tendrá derecho a tres deseos, por cada deseo se realizará un pago; por cada pago incumplido habrá un castigo, a cada pago cumplido la recompensa será cumplida. Tentador, ¿no?
La naturaleza humana es cuestionada en la puesta en escena, las situaciones al límite llevarán a los protagonistas a enfrentarse a diversos dilemas morales y éticos (además a un ente abisal) los lazos sanguíneos se desvanecerán y la barbarie hará acto de presencia. El instinto de supervivencia prevalecerá, lo peor del ser humano saldrá a flote gracias a las maquinaciones tremebundas de un juego forjado en el mismísimo averno.
Eduardo M. Clorio y todo su crew deben sentirse orgullosos por la gran calidad de su producto, no cabe duda que el cine de género en México vive una etapa de efervescencia creativa, ojalá se logre apoyar más a la escena independiente y se realicen nuevos proyectos como Deseo, Deseo.
Creo que el cine es una de las más sublimes formas de entretenimiento. Sin entrar en debates sobre "las cualidades artísticas" que deberían (o no) tener las películas, Deseo Deseo es una propuesta -válgame la expresión- completa, en tanto que fue diseñada con la intención de que el público disfrute de una experiencia cinematográfica memorable, intensa, en donde lo mismo suelten una carcajada, que brinquen del asiento a causa de un buen susto. Eduardo M. Clorio