Desde hace mucho se estudian los efectos de las vibraciones sonoras tanto en el cuerpo como el pensamiento humano. Continuamente se aborda desde paradigmas científicos, sociales, culturales, psicológicos. El estudio de la música como inductora de estados anímicos y modificación de los sueños encuentra cobijo bajo las ideas que proponen movimientos como el new age, en el cual hay una relación estrecha entre la estética y la función curativa articulada por la noción constante del presente; el aquí y el ahora. (Gondra & Gondra, 2013)

Por supuesto, no todo lo que tiene que ver con música y mood suena así de rebuscado. Desde Melbourne, Australia el multidisciplinario músico Andrew Wilson desformaliza este discurso y lo moldea hasta convertirlo en producciones rutilantes, con el alma compuesta de house, los acordes profusos de un Fender Rhodes y sonidos de la naturaleza con baja tasa de bits.

Fox aparece ante la luz pública a través del internet durate el año de 2011. Su EP Your Life es el que encaja mejor en la descripción anterior. La canción homónima se convirtió en un éxito de cultom y el EP fue re-lanzado en vinilo azul por el antes netlabel Audio Parallax. Andrew Wilson después forma parte de la edición londinense de la Red Bull Music Academy en 2010. Desde ahí, su música ha aparecido en sellos como Mexican Summer (Brooklyn), Two Bright Lakes (Melbourne) y Dopeness Galore (Ámsterdam). Todo en representación de la creciente escena de música dance que aún se gesta en el país más extenso de Oceanía.

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Andras Fox es uno de los principales exponentes de lo que podría denominarse como un house de escritorio. Sin embargo, su sensibilidad va más allá de los ritmos y el funk. A través de su alias A.R.T. Wilson, Andras cultivó un proyecto que profundiza aún más en la relación cuerpo-música. Su álbum Overworld (2014) fue creado para musicalizar una dinámica obra de teatro con la consigna “el cuerpo dice lo que las palabras no pueden”. Overwrold nos guía, a través de grabaciones de campo y sintetizadores new age a una utopía sonora que no invita a la meditación pasiva, sino a una especie de acción meditativa; quizá alusión o espejismo de una danza onírica.

Sus eclécticos sets incluyen dosis curativas de cantos de pájaros, luz del sol, acordes profusos, disco y movimientos corporales sutiles. Para esta sublime experiencia, hay que coger su presentación en el festival Fascinoma en el XX DosEquis Stage éste sábado 12 de septiembre a las 19:00hrs.

Boletos aquí. :~)

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