'McCartney II', el disco de culto que fue rechazado por la crítica
Cuando el mundo conoció en 1966 los experimentos sonoros del Cuarteto de Liverpool en “Tomorrow Never Knows”, comenzó a pensar que los sonidos psicodélicos eran iniciativa e inspiración total del entonces líder de los Beatles, John Lennon. Sin embargo, todos aquellos que lo creyeron así estaban equivocados.
El tema que cierra Revolver era la suma de las partes creativas de los ingleses. Pero el mérito le corresponde a Paul McCartney por su aportación al track, en donde colocó sus experimentos de cintas en reversa hoy llamados loops, un elemento sonoro necesario e imprescindible para la música electrónica. Con los experimentos de McCartney nació el Big Beat, y de cierta forma, también grupos como los Chemical Brothers.
Para los rockeros de la vieja guardia, la llegada del punk y la música disco fue una sepultura comercial que pocos supieron afrontar. Mientras los Rolling Stones, Alice Cooper o Queen estaban preocupados por las listas de popularidad y el foco de la mayoría estaba puesto en el Studio 54 o la furia punk en las calles de Londres, los otros menos también de la vieja guardia atendían actos no tan comerciales pero poderosos: Brian Eno, David Bowie e Iggy Pop atendían como influencias contemporáneas a grupos como Kraftwerk, Joy Division, OMD o los experimentos bailables de Giorgio Moroder.
En el caso de Paul McCartney, el ex-beatle con más éxito, ambos lados de las tendencias musicales eran atendidas por sus inquietudes: la vanguardia artística y su obsesión por dominar las listas de popularidad.
En 1979, Macca está muy activo, su banda Wings se está desmembrando por cuestiones personales mientras decide ingresar a la tendencia de los rockeros de su generación, a estilos que satisfacían la demanda del momento. Entonces llama al viejo ingeniero en Abbey Road (último disco de los Beatles) Chris Thomas, quien era productor de los Sex Pistols y de otros actos de new wave, para grabar su álbum Back to the Egg, con el que consigue el Grammy a mejor grabación instrumental por “Rockestra theme”, sencillo que grabó con ídolos del viejo rock: integrantes de Led Zepellin, Pink Floyd, Deep Purple, The Shadows, The Who y hasta con jazzistas de sesión y miembros de la orquesta de Tony Dorcy. Además de organizar el concierto de música para Campuchea, uno de los eventos de caridad más emblemáticos en la historia del rock.
Para 1980, Paul tomó un descanso, una introspección que lo llevó a recluirse como 10 años en su casa de campo en donde decidió salir de compras para actualizar sus equipos. Adquirió una consola automática de 16 tracks de grabación digital no análoga, cajas de ritmo, secuenciadores, loopers y muchos de esos sintetizadores de los que venía escuchando en los éxitos de “Chase” de Giorgio Moroder y de “Robots” de Kraftwerk, tema que fue grabado con un secuenciador.
Este voluntario encierro iba a estar acompañado de una experimentación sonora que resultó en un proyecto personal sin intenciones de ser lanzado al mercado, de repente, al volver a ejecutar todos los instrumentos y después de haber aprendido a tocar esas nuevas máquinas de sonido, Paul decidió desempolvar un viejo sencillo que lanzaría con Wings, tema que se convertiría en la canción más famosa del mundo en 1980, con uno de los videoclips más famosos de MTV, nos referimos a “Coming Up”, también pionero en el uso de efectos visuales sobrepuestos con una green screen.
Para la primavera de 1980, Paul tiene suficiente material para lanzar un álbum doble, sin embargo la idea fue descartada y el lanzamiento de su nuevo disco se limitó a 11 tracks considerados como raros, fuera del estilo del bajista de Los Beatles. Era un proyecto no convencional. EMI, la disquera del cuarteto en el Reino Unido, aceptó su idea —después de todo Paul es un Beatle— con ventas superiores al millón de copias, así que todo o casi todo puede serle concedido.
El álbum de estilo minimalista desde su arte visual es una colección de temas experimentales en el rubro electrónico inspirados en la composición por temas de rockeros de la vieja escuela, por ejemplo, Macca quería emular en “Waterfalls” las suaves melodías del álbum Song Of The Key Of Life de Stevie Wonder y en las partes más duras Paul pensaba en experimentos sonoros de los Who de su disco Who’s Next, sin embargo la inspiración técnica y el sonido bizarro es resultado de su influencia contemporánea del álbum Low de David Bowie y del disco The Model de Kraftwerk.
Temas como “Coming Up”, “Temporary Secretary”, “Check My Machine” o “Secret Friend” se adelantaron por décadas a grupos del sonido Big Beat de los grandes éxitos de Duran Duran a los de Damon Albarn con Gorillaz o a los éxitos del dance floor que llegaron en la primera década de los dosmiles con bandas como Metronomy, Hot Chip o Animal Collective. De hecho, el vocalista de Hot Chip, Alexis Taylor es un fan públicamente reconocido del álbum.
Es importante mencionar que “Temporary Secretary”, a partir de la década del 2000 se convirtió en un himno de los nightclub hipsters y undergrounds junto a canciones de Human League, New Order y Joy Division.
En la época de su lanzamiento, el álbum llegó a ser número uno en el UK Official Chart, al puesto 3 de Billboard y fue un éxito rotundo en Japón, en donde tuvo cinco sencillos. Mc Cartney II fue elogiado por algunos, pero rechazado por la crítica que lo consideró “horrible”. Cuarenta años después, el álbum es considerado una obra de culto, un disco básico de lo electrónico y una genialidad del beatle experimental.