Stereolab: el regreso de la década
Fotos por David Segundo
Ya pasaron casi 30 años desde que Stereolab se formó. Eran una banda bilingüe, multinacional, de ñoños musicales admiradores del Krautrock y Juan García Esquivel. Lo siguen siendo.
Por fin, después de décadas, la semana pasada ocurrió algo que en los noventa —época más activa y prolífica para la banda— era imposible de pensar: Stereolab dio dos espectáculos en Ciudad de México y con sólo unos días de separación. Primero en Indie Rocks, después en el Hipnosis. Bajo una apacible lluvia y rozando la medianoche, ni la lluvia ni el lodo pudieron mermar el entusiasmo de una audiencia fiel que esperó ansiosa por el regreso de la banda franco-británica.
Con un repertorio "ganador", nostálgico para los fans y un tanto diferente al setlist de Indie Rocks!, Stereolab fascinó y sorprendió a sus seguidores, los cuales resultaron ser más de los que pensábamos pudiera haber en Chilangolandia.
Con rolas sobre todo de Emperor Tomato Ketchup y su obra cumbre, Dots and Loops, la agrupación dio un show que se quedará en nuestra memoria: "Miss Modular", "French Disko", "Brakhage", "Ping Pong', "John Cage Bubblegum", y otras que sumaron 15 cortes en total.
Con el paso del tiempo encima y el peso de la espectacular actuación previa a cargo de The Claypool Lennon Delirium, el “laboratorio del estéreo” —nombre de los estudios de grabación de Esquivel— cumplió la fantasía melómana de los nerds de la estereofonía y los sonidos barrocos, quienes aguardaron este momento, muy pacientemente, por más de veinte años.