Jarvis Cocker y su cruzada personal

Por Mafer Caballero

Una banda que le extraía el jugo a una vida común y corriente, Pulp, crearía canciones  que le hablan a más de una generación.

Jarvis Cocker, frontman de Pulp, admite que nunca imaginó el impacto que tendrían sus letras. En la introducción de su libro, Mother, Brother, Lover: Selected Lyrics , Cocker explica que lo que más le motivaba a escribir canciones era el crear letras pop que no fueran genéricas; inyectar sentimiento y realidad a un elemento que para muchos intérpretes no era una parte importante de la música.

Cocker admite que empezó a escribir canciones como deber, incluso, que muchas letras fueron escritas la noche anterior a ser grabadas. Luego, aclara que las letras  se convirtieron en una especie de “diario”; a través de sus líricas el cantante de Pulp nos regala narraciones envueltas en un estilo musical peculiar – una combinación de new wave y electrónica-  novedoso para los 90.

Se escucha su respiración, risa, hartazgo y picardía pero, sobretodo, una sinceridad. El peculiar estilo de Jarvis Cocker permite asomarnos a la vida de un joven de clase media en los suburbios ingleses, lejos de  el glamour londinense; tomar elementos de sus narraciones y hacer paralelismos con nuestras propias experiencias.

El estilo tan característico de Pulp se escucha plenamente en su disco Different Class, editado en 1995. Compuesto por diez temas que dibujan un mosaico de anécdotas e historias del propio Jarvis, este disco es una continua serie de temáticas; Pulp nos deleita con canciones como: “Mis-shapes” un himno para la generación X, “Disco 2000” una oda al amor imposible y finalmente, “Common People” una de las canciones más representativas de la banda. Esta canción es el ejemplo perfecto para perfilar las aportaciones que Pulp y Jarvis Cocker dieron a la música de los 90: Una historia real basada en un amorío pasajero del cantante, envuelta en un acompañamiento musical fresco, nuevo y lleno de pasión.

Different Class fue galardonado con el renombrado premio británico Mercury Music Prize; tras su éxito, Jarvis Cocker se perfiló como un ícono indiscutible del Brit Pop.

En la celebración de los Brit Awards de 1996, Jarvis Cocker y Peter Mansell (otro de los miembros de Pulp), interrumpieron la interpretación de Michael Jackson para mostrarle al mundo sus traseros. Jarvis Cocker dijo que lo había hecho para demostrar su inconformidad frente a lo que Jackson simbolizaba: Pop creado para satisfacer, sin expresar nada real. Esta protesta les trajo consecuencias legales; pero sobretodo, le dio a la música y letras de Pulp una legitimidad: demostraban que la música podía regresar a contener  honestidad, ser un vehículo de la realidad y sobretodo, desafiar el canon establecido dentro de la industria musical de los 90.

Jarvis Cocker, a través de su música, nos cuenta historias; pero lo más importante que ha hecho es demostrarle al mundo que la realidad sí es buen material para crear canciones que trasciendan.

Pulp prueba, que no es necesario hablar de política para crear música que impacte y cambie al mundo, contrario al argumento de  Juan Pablo Proal en su artículo publicado en Proceso: “La Generación Zoé”. No es necesario tener líricas literalmente políticas y levantar el puño en el aire, la música provoca de distintas maneras. Lo importante es precisamente que sea capaz de hacernos reflexionar acerca de nuestra propia vida, para así generar una identidad.

Uriel Waizel y Agustin Peña sobre Bicitaxi [SXSW 2012]

Radiohead @ Foro Sol